Más de tres meses después, la UD Ibiza volvió a saborear las mieles del triunfo lejos de Can Misses. El equipo de Paco Jémez se impuso ayer al Sporting de Gijón por la mínima (0-1) en El Molinón y certificó matemáticamente su continuidad en la categoría de plata. Un gol de Ekain al cuarto de hora de juego encarriló el camino hacia un triunfo que se allanó más incluso al filo del descanso, cuando el local Pablo Pérez fue expulsado por doble amonestación.
La Udé no ganaba a domicilio desde el pasado 22 de enero. En aquella fecha, los pitiusos se impusieron en Málaga y encadenaban su segunda victoria como visitante seguida en la ‘era Jémez'. Desde entonces, los unionistas solamente fueron capaces de sumar un punto más allá de los límites de la isla hasta que ayer truncaron esa mala dinámica de resultados. Contra el Sporting, un equipo histórico que coquetea con el descenso, se puso fin a esta racha.
Los celestes fueron superiores en el arranque del partido. Su primera aproximación de peligro se produjo a los cinco minutos, en un centro de Morillas hacia Ekain que la defensa desvió a córner en el último momento. Acto seguido, Nono probó fortuna con un disparo lejano, pero el portero atajó el balón sin excesivos problemas.
De los rojiblancos no había noticias en ataque. Simplemente corrían detrás del balón, dominado por completo por los unionistas. Ese control se tradujo en gol en el minuto 14, cuando Ekain, a la altura del punto de penalti, cabeceó a la red un servicio de Cifu desde el costado derecho. El testarazo fue espectacular.
Antes del ecuador de este primer periodo se produjo la mala noticia de la tarde. Manu Molina sufrió un duro golpe que le dejó grogui en el terreno de juego. Tras ser asistido por los servicios médicos, fue retirado del campo. Appin pasó a ocupar su posición.
Los locales se sacudieron el dominio de los pitiusos, que ya no llegaban con la misma claridad de antes. El Sporting trató de nivelar la contienda antes del descanso, pero sin suerte. Buscaron la rapidez y verticalidad de Puma, que dispuso de dos oportunidades de gol, la mejor de cabeza.
En la recta final, Morillas evitó que Pablo Pérez rematara a placer un servicio de Kravets. Ya al borde del descuento, Pedro Díaz lo intentó de lejos con un disparo que se marchó lamiendo el palo. Fue la última ocasión reseñable de una primera mitad que se cerró con la expulsión de Pablo Pérez.
La reanudación
La segunda mitad arrancó con cambios. Era de esperar. La expulsión trastocaba los planes del cuadro asturiano, en el que entró Guille Rosas por Bogdan. También Paco Jémez movió el banquillo. El cordobés retiró a Javi Pérez y dio entrada a Diop para aportar más músculo en la medular.
Los celestes no tenían ningún tipo de prisa. Con el marcador a favor y superioridad numérica, la Udé quitó el pie del acelerador. Eso sí, eso no significaba que rehusara a atacar. De hecho, lo hizo más que su rival en el arranque, aunque sin la clarividencia del inicio del choque.
A los ocho minutos, una combinación entre Herrera y Ekain supuso la primera gran ocasión de esta segunda mitad. El disparo del canario, sin oposición, careció de fuerza y colocación dado que el pase del vasco se había quedado algo corto, impidiendo al pichichi de los pitiusos armar la pierna en buena posición.
Poco después, un centro de Herrera se envenenó y Cuéllar lo atrapó en dos tiempos. No anduvo lejos Appin de llegar al balón que había dejado muerto el portero, que finalmente se hizo con él.
De nuevo se produjeron más modificaciones. Ramírez y Gaspar suplieron a Puma y Villalba, por parte local, y Miki Villar relevaba a Nono, por parte visitante. Pero el panorama apenas cambió.
La Udé no remataba la faena y eso podía complicar las cosas. El tiempo corría a su favor, pero cualquier acción aislada podía echar al traste la victoria a la que se encaminaba. De hecho, sufrió un gran susto en el minuto 73, en un gol de Ramírez que fue anulado por fuera de juego. Previamente, el propio Ramírez había desaprovechado un buen balón en profundidad con el que los locales ganaron la espalda de la zaga visitante.
Jémez gastó la última ventana de cambios en el 77. Gálvez entró por Goldar, que tenía una amarilla, y Davo pasó a ocupar la posición de delantero centro en lugar de Ekain. Los minutos pasaban y la incertidumbre reinaba en El Molinón. Los ibicencos tuvieron que sufrir hasta el final para llevarse los tres puntos a pesar de estar en superioridad numérica.
Hasta cuatro grandes oportunidades desaprovecharon los rojiblancos en el tramo final. Primero, Pablo Díaz rozó el tanto en una falta que parte de la grada incluso cantó como gol. Luego, Djuka, solo en el área, tuvo las tablas en sus pies. Ya en el descuento, Calavera y Campuzano fallaron solos ante Álex. El primero disparó demasiado cruzado y el segundo cabeceó el esférico a las manos del cancerbero.
De esta forma, el cuadro ibicenco sobrevivió al acoso final de los sportinguistas, acabó con esa mala racha de resultados a domicilio y se aseguró su continuidad en la categoría de plata. La UD Ibiza es de Segunda.