Ayer miércoles se cumplieron cuatro semanas del grave accidente de Toni Vingut Rigall (Ibiza, 24-12-1975) en el Dakar. El piloto portmanyí se cayó en la quinta etapa con su quad en una zona de dunas y tuvo que ser evacuado con múltiples fracturas en costillas y vértebras. Además también se rompió el radio, el cubito con fractura abierta y el sacro. Unas lesiones que le obligaron a pasar por el quirófano. Desde entonces, ha estado hospitalizado. Primero, 10 días en Arabia Saudí y, ahora, en Ibiza, en la Policlínica Nuestra Señora del Rosario, donde ha empezado la recuperación con el personal del centro. Vingut cuenta ya los días para recibir el alta y poder ir a casa. Eso sí, pese a los enormes dolores y la dureza de la recuperación, no pierde el ánimo.
—¿Cómo está? ¿Cómo va esa recuperación?
—Pues he estado un tiempo un poco estancado, pero, llevo unos días que me encuentro bastante mejor y estoy viendo mejoría día a día. Eso es bastante motivante. Hace días que empezamos con la rehabilitación en el hospital, pero al principio me costaba bastante por el dolor. Ahora, que me encuentro mejor, pues puedo hacer mejor la rehabilitación y eso se empieza a notar. Tiene que ir ya para adelante. Estoy empezando a caminar con un equipo en el que apoyo los brazos y no cargo tanto peso en las piernas y me está ayudando bastante porque descargo la espalda. Tengo fisio todos los días y cuando salga del hospital pues ya iré a un centro de rehabilitación más especializado. Supongo que la evolución irá más rápido. Me están tratando muy bien en la Policlínica y estoy agradecido porque están teniendo mucha empatía. Hacen que los malos ratos no sean tan malos. En Arabia también me han tratado muy bien, la verdad.
—Supongo que con ganas de poder irse a casa.
—Pues claro, pero necesito poder valerme por mí mismo para poder irme. Sería muy complicado irme ahora, así que necesito más tiempo, pero sí, claro que ganas tengo. Pero de lo que realmente tengo muchas ganas es de encontrarme bien (risas).
—¿Es la lesión más grave de su carrera?
—Pues quizás sí, no lo sé. Tuve una muy gorda con 22 años en un Campeonato de España de motocross en el 98. Estuve bastante mal y mucho tiempo ingresado, más de lo que llevo ahora. Cada lesión es un mundo, pero esta es complicada. Respecto a otras lesiones que he tenido en el pasado y que también he tenido que estar hospitalizado, esta ha sido diferente. No conozco todas las posibles lesiones, pero normalmente, por ejemplo, cuando te rompes un hueso, pues duele los primeros días y te cuesta dormir. Se pasa mal un tiempo, pero el dolor se va quitando y luego hay que ir esperando a que suelden las fracturas y esas cosas. Pero en este caso ha sido todo muy incómodo y doloroso. Tengo varias fracturas por diversos sitios y los primeros días han sido muy complicado. He estado en la cama completamente inmóvil. Tenía tanto dolos que no me podía mover. Luego, con las costillas rotas no podía respirar bien y eso lo hacía muy incómodo. Eso, lo de respirar, fue en los primeros días en Arabia. Ya he superado esa fase, pero sí he tenido la espalda sin parar de doler hasta ahora. Como decía, he tenido días en los que casi no notaba mejora. Entonces, se ha hecho muy pesado. Ahora parece que se va pasando, el dolor va desapareciendo, me encuentro mucho mejor y lo llevo con mucho más ánimo. Con dolor es muy difícil hacer rehabilitación porque como te duele no quieres. Ahora estoy más animado y con ganas de empezar a moverme.
—¿Qué recuerda del accidente?
—Lo recuerdo bastante bien. Perdí el conocimiento en el momento del impacto, pero lo recuerdo bastante bien. Era una etapa con un enlace muy largo, unos 500 kilómetros. Un día un poco de transición porque hay una zona en Arabia que no tiene mucho terreno interesante para hacer la carrera. Íbamos del este más montañoso al oeste, que tiene la zona de dunas. Yo en el enlace tuve un problema y llegué tarde a la salida de la especial. Eso me produjo mucho estrés porque si llegas más tarde de que salga el primer coche ya no te dejan salir y quedas fuera de la carrera. Tenía que salir sobre el 60 y cuando llegué estaba saliendo el último. Iba enfadado porque quiero hacer las cosas bien y fallar en la etapa, pues vale, pero no en un enlace. La verdad, es que iba desconcentrado. Ya en el tramo, íbamos por una pista y en un momento determinado había que girar y meterse en las dunas. Había un cartel que ponía peligro por dunas cortadas. Las dunas cortadas se llaman así porque tienen mucha pendiente por detrás, casi un acantilado. Además, no se ven bien, son un poco trampa. Había varias y tenían muy mala leche. No subían y bajaban, eran planas y caída, plano y caída. Yo iba despacio porque el roadbook decía que había varias. El problema es que era plano y no se veían. Hice varias así y pensé que ya se habían acabado. Aceleré y, de repente, me encontré volando. No lo vi venir. Iba mirando al horizonte y se acabó el suelo. ¿Recuerdas los dibujos animados del correcaminos y el coyote? Pues así. Fue una sensación muy desagradable. Me pasaron varias cosas por la cabeza, había mucha altura y pensé que me iba a dar un buen golpe, pero se ve que todavía era más alta de lo que pensaba. Las dunas al no tener vegetación hacen difícil tomar referencias de distancias. Recuerdo prepararme para la caída, pero con el golpe perdí el conocimiento, me recuperé bastante pronto y me vi en el suelo con muchísimo dolor.
—¿Tuvo miedo?
—No lo sé. Fue muy rápido. Pero sí que iba a volar. Yo soy muy optimista siempre y lo que pensé es que me iba a dar un buen golpe, pero sin llegar a lesionarme. Pensaba que iba a poder seguir, pero está claro que no calculé bien la altura del golpe.
—Un ejemplo de por qué el Dakar es el rally más duro del mundo. Este año, sin ir más lejos, se cobró una vida.
—Sí, es una desgracia que nos afecta a todos. Siempre que pasa una cosa de estas nos afecta. Personalmente no lo conocía, pero sí es un golpe muy duro. Hacemos lo que nos gusta, pero no queremos dejarnos la piel allí. Pero la verdad es que no sabes nunca lo que puede pasar. El Dakar es muy duro porque son muchísimos kilómetros, te cansas mucho. Cuesta estar concentrado todo el tiempo porque hay que estar muy atento a la navegación. El desierto tiene muchas trampas comparado con otro tipo de terrenos y también vamos muy fuera pista… No es lo mismo ir por un camino que ir fuera pista, donde puede haber unos obstáculos que el propio organizador no ha visto, ya que no todos pasamos por el mismo sitio. El organizador pone unos peligros en el roadbook, pero si uno se desvía unos cuantos metros pasa por otra zona… Hay que ir muy atento. Y eso es si vas por dónde hay que ir, porque si te pierdes, algo que es muy habitual, sí que te adentras en lo desconocido y tú estás pensando que vas por dónde tienes que ir.
—Este es el segundo accidente grave que sufre en el Dakar.
—Sí, sé que he tenido dos caídas fuertes en el Dakar. No me siento muy identificado con esto y me da rabia porque siempre he sido muy prudente. Llevo corriendo toda la vida y no soy alguien que se caiga normalmente. He hecho campeonatos de cross sin tener una caída, cuando hay pilotos, y muchos, que tienen caídas casi prueba sí, prueba no. Yo caigo poquísimo, no tengo caídas tontas. Incluso en el Dakar la gente tiene caídas tontas y yo no las tengo, pero he tenido dos muy gordas. He tenido la mala suerte de tener en poco tiempo dos muy gordas.
—Eso mella el espíritu aventurero o sigue intacto y con ganas de recuperarse para poder volver una vez más.
—Las ganas no me las quita porque como digo que normalmente no caigo, creo que no tiene que volver a pasar. Pero hay que tenerle respeto a esta prueba. A mí me gustaría poder ir en un Side-By-Side que es infinitamente más seguro. Lo que pasa que el presupuesto no tiene nada que ver. Así que no sé que haré. Tengo ganas de volver, el Dakar me gusta mucho. Preferiría en un Side-By-Side, pero ya veremos.
—Entonces tiene ganas de volver.
—Sí, es una carrera muy chula y engancha mucho. El Dakar tiene algo especial que engancha y me gustaría volver.
—¿Qué le dicen los médicos? ¿Cuánto tiempo hasta poder volver al 100%?
—No me han dado plazos, pero, por lo que he preguntado, va para largo. Lo que es la temporada de este año… no sé. No creo que hasta el verano no pueda hacer nada. Me hablan de varios meses para poder estar al 100 %. Es mucho tiempo para los que hacemos deporte. Muchísimo. Supongo que hasta dentro de seis meses no podré trabajar con impacto, pero sí ir trabajando el físico, para cuando pueda volver al quad estar en forma. Luego, pues ya lo conozco, hay que ir con mucho cuidado porque como llevas mucho tiempo sin rodar pues estás menos ágil y es más fácil caerte. Estoy tranquilo y puedo esperar. Ahora digo eso, pero dentro de unos meses ya estaré más impaciente, que me conozco.