El San Pablo se tuvo que conformar con un empate con sabor a derrota contra el Meigas en la tarde de este sábado (4-4). El equipo ibicenco mereció mejor suerte y nada hacía presagiar una hecatombe cuando ganaba por 4-1 en el 36. Sin embargo, tres goles en los dos últimos minutos, con uno en propia puerta a falta de siete segundos incluido, impidieron que las ibicencas celebraran la victoria. Ver para creer.
El partido se puso pronto de cara para las de Sergio Oruj. La presión a tres cuartos de las locales dio sus frutos y Kai, a la media vuelta al borde del área, estrenó el marcador. Una pérdida de Fati a los nueve minutos dio pie a una contra que Mariña convirtió en el empate.
Poco duró la alegría de las gallegas. Lucía puso rápidamente de nuevo a las suyas por delante tras aprovechar un rechace de la portera a disparo de Lari. De ahí al final del primer tiempo no hubo más goles.
Tras el descanso, Lari metió tierra de por medio al firmar el 3-1 en el minuto 28. Cortó un pase en la primera línea y superó a la guardameta en el mano a mano. A falta de seis minutos, Fati, tras combinar con Robertinha y Kai, marcó a puerta vacía el cuarto del San Pablo.
El Meigas decidió jugar desde entonces con portera-jugadora. Pao y Fati perdonaron el quinto al disparar desde ambas desde su pista con el marco desguarnecido. Las locales lo acabaron pagando.
Ehimy se convirtió en la heroína del cuadro visitante. Marcó como portera-jugadora dos golazos lejanos en 30 segundos y aún quedaba minuto y medio por delante. Sergio Oruj pidió tiempo muerto para tratar de evitar la catástrofe, pero esta se consumó a falta de siete segundos, cuando Haruna, involuntariamente, alojó la pelota en su propia portería cuando trataba de despejarla. Final cruel para un San Pablo que mereció más.