Estados Unidos 89
Lituania 74
Estados Unidos (23+19+23+24): Billups (3), Durant (38), Rose, Iguodala (9) y Odom (13) -equipo inicial-, Westbrook (12), Gay (2), Granger, Curry (3), Gordon (3), Love (6) y Chandler.
Lituania (12+15+26+21): Kalnietis (10), Macilius (9), Pocius (13), Kleiza (4) y Javtokas (15) -equipo inicial-, Seibutis, Gecevivius (6), Delininkaitis (8), Jasaitis (5), Jankunas (4) y Andriuskevicius.
Àrbitros: Carl Jungebrand (FIN), Benito Fornies (BRA) y Sasa Pukl (SLO). Sin eliminados.
Kevin Durant, autor de 38 puntos en otros tantos minutos, lideró a Estados Unidos hasta la final del campeonato del mundo, venciendo a una selección lituana que no escatimó esfuerzos y que jugó en equipo en busca de un milagro que no llegó a producirse.
Apenas cinco minutos duró la ventaja en el marcador de Lituania, lo que tardó la defensa estadounidense en ajustar las marcas, mientras que en ataque, la selección norteamericana se encomendó a Kevin Durant, autor en 8 minutos de juego de 17 de los 21 puntos que llevaba su equipo hasta entonces.
Una semifinal de un campeonato del mundo no es ya ninguna tontería y así lo entendió el entrenador de los Estados Unidos, Mike Krzyzewski, apretando a sus jugadores para que forzaran en defensa y manteniendo a Durant el mayor tiempo posible en pista.
Tras el 23-12 del primer cuarto, Lituania tuvo la gran virtud de no volverle la cara al partido en ningún momento. Pese a los hachazos estadounidenses en defensa y a los habituales pasos de salida. Y el resultado fue que cerró el segundo parcial con un honroso 19-15.
Primero intentó una defensa en zona y después intentó acortar espacios en la individual, aunque con resultado dispar en cada jugada.
Durant anotó 24 puntos, más de la mitad de los de su equipo, y Pocius fue el más acertado de los lituanos con once puntos y 3 de 4 triples. Con quince puntos de diferencia al final de los primeros veinte minutos de juego, 42-27, el margen para la sorpresa en el resto del partido no fue realmente grande.
Krzyewski mantuvo el criterio y al cinco inicial en pista, desconfiando de lo que pudieran decirle los números, pues Lituania ya había sido menospreciada por España, Francia y Argentina y estaba en semifinales invicta.
El 50-40 a los 24 minutos de juego le dieron la razón parcialmente. Lituania estaba haciendo otro acto de magia, sacando conejos de la chistera, y maximizando sus escasos recursos, comparados con los de los estadounidenses.
Tiro va y tiro viene, porque lo de conseguir puntos en la pintura estaba más caro que las angulas en Nochebuena, Lituania siguió haciendo la goma y enganchándose a un marcador que tan pronto se acercaba a la veintena de puntos de diferencia, que se decantaba por una amenazante, para los norteamericanos, decena, 59-48 (min.28).
Al final del tercer periodo el marcador señaló un 65-53, tras un 23-26 de parcial favorable a los lituanos.
Los europeos siguieron luchando, poniendo en alma en cada acción, manteniendo el marcador a una distancia cuando menos amenazadora, pero de nuevo emergió el mejor Durant para liderar a su equipo hasta conseguir una plaza en la final.
Durant anotó 38 puntos en otros tantos minutos, solo paró de jugar en el último minuto, con una serie de 9 de 13 tiros de 2, 5 de 12 en triples y 5 de 5 en libres. Por si fuera poco capturó 9 rebotes. Todo un partido el suyo.