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El empate complica el horizonte del Barcelona

El delantero argentino del FC Barcelona Lionel Messi (d) conduce el balón presionado por el defensa argentino del Villarreal CF Mateo Musacchio. | Efe

| Villarreal |

Villarreal 0 - 0 F.C. Barcelona


Villarreal: Diego López, Ángel, Gonzalo, Musacchio, Joan Oriol, Cani (Castellani, m.72), Bruno Soriano, Borja Valero, Marcos Senna (Marchena, m.89), Marco Ruben (Camuñas, m.83) y Joselu.

F.C. Barcelona: Víctor Valdés, Puyol, Piqué (Alexis, m.61), Mascherano, Abidal, Dani Alves, Busquets, Xavi (Tiago, m.77) Adriano (Tello, m.77) Cesc Fábregas y Messi.

Árbitro: José Antonio Teixeira Vitienes (comité cántabro). Amonestó por el Villarreal a Musacchio, Marco Ruben, Joan Oriol, Joselu y Gonzalo y por el Barcelona a Dani Alves. Expulsó al segundo entrenador del Villarreal, Igor Tasevski (m.21).


El Barcelona no pasó del empate sin goles en Villarreal, resultado que complica su horizonte en la Liga al situarse a siete puntos del Real Madrid, tras un partido en el que su rival encontró el bálsamo de no perder para impulsar su recuperación deportiva.

El equipo barcelonista fue superior en la primera media hora de juego y en los últimos quince minutos de partido, pero en toda su fase central se vio maniatado por el Villarreal, que jugó con inteligencia y aprovechó sus recursos para al menos sumar un punto ante un rival teóricamente muy superior.

El Barcelona impuso su ley en el tramo inicial del encuentro y con su juego característico impidió que los jugadores del Villarreal entraran el contacto con el balón.

La madeja que tejían obligaba a los futbolistas locales a correr detrás del balón y, aunque el Barcelona no creó verdaderas ocasiones de peligro, siempre daba la impresión de que el gol estaba más cerca de la portería de Diego López que de la de Valdés.

La excepción a la falta de oportunidades para el Barcelona estuvo en una vaselina de Messi tras un buen pase de Alves que no entró por poco (m.17).

Está tónica de juego se mantuvo durante la primera media hora del partido, momento en el que el Villarreal se sacudió el dominio del Barcelona y empezó a ser capaz de retener el balón más tiempo y, sobre todo, de encontrar espacios para inquietar la meta barcelonista.

Un disparo de Senna que desvió Valdés y una contra en la que Ruben lanzó fuera supusieron la réplica del Villarreal al dominio inicial de su rival, por lo que cuando el árbitro pitó el descanso, casi le hacía más falta al Barcelona que al Villarreal pasar por el vestuario.

El Barcelona no se había sentido cómodo al final del primer periodo y tampoco lo estuvo al principio del segundo como consecuencia en buena medida de la intensidad defensiva del Villarreal, que le complicaba el control del balón y que trataba de aprovechar el contragolpe para abrir el marcador.

Visto el panorama y con la imperiosa necesidad de ganar, el técnico del Barcelona, Pep Guardiola, decidió con media hora de partido por delante dar entrada al chileno Alexis Sánchez. Para ello, retiró a un central, Gerard Piqué.

Alves bajó del centro del campo al lateral y Puyol se desplazó al centro, donde desde el principio había jugado Mascherano. Pese a ello, la tónica del encuentro apenas cambió.

El Barcelona no mejoró, no se mostró más ofensivo, mientras que el Villarreal, muy concentrado, no le dejaba espacios, consciente de la capacidad del rival para encontrar soluciones cuando más sombrío es el panorama.

En cualquier caso, el encuentro entró en sus minutos finales con el dominio recuperado por el Barcelona, que tuvo una gran opción en un remate de Cesc que rebotó en un defensa y se estrelló en el larguero (m.78).

A partir de ese momento, el Villarreal se aplicó en la defensa de su parcela y el Barcelona, sin variar su forma de jugar, trató de ser más vertical, sobre todo en las acciones de Tello por la banda izquierda, antes de Cesc fallara un gol en el minuto 86.

El final fue emocionante y el marcador dejó mucho más satisfecho al equipo local que al forastero.

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