«Los que se tendrían que ir son el director deportivo (Toni Torres) y el presidente (Vicente Murtera), que, desde mi punto de vista, no han sabido gestionar el club». Antonio Asensio murió matando. El ya exentrenador del Atlético Isleño no se mordió la lengua ayer delante de los propios directivos, durante la rueda de prensa de su despedida, celebrada en el estadio de Can Misses.
Murtera tomó la palabra de inicio: «Quiero agradecer el tiempo que ha estado con nosotros. Su labor está ahí, en la clasificación. En junta, lo que tratamos fue el tema económico, no el deportivo, donde no hay nada que objetar. Le damos las gracias».
El técnico madrileño no se dejó llevar por las buenas palabras del presidente y decidió ser claro y rotundo. No se mordió la lengua lo más mínimo acto seguido. Lo primero que hizo es mostrar su agradecimiento al cuerpo técnico y a los jugadores, que «han sido tremendamente honestos en el campo» y a los que no tiene «nada que reprochar». Eso sí, en el capítulo de agradecimientos destacó a su progenitor: «El mayor agradecimiento es para mi padre, porque me ha estado manteniendo estos seis meses que he estado aquí».
«Situación precaria»
No en vano, el míster se ha visto «en una situación precaria». «Lo primero es vivir y, después, trabajar. Me estoy encontrando en una situación indigna. No se puede jugar con la gente. Estaba trabajando en Inglaterra y lo dejé todo para venir aquí. Llegué y la primera mensualidad la recibí pasados dos meses. Si no tienes dinero y lo sabes, saca un equipo en el que la gente juegue gratis, pero no juegues con la gente. Están jugando con lo que para algunos es una ayuda económica y para otros, como yo, el medio que me da de comer y que no me ha dado», explicó mientras Murtera mostraba visibles síntomas de nerviosismo, frotándose las manos y meneando el pie sin cesar.
«Ganaba más dinero en Londres, pero el fútbol es lo que me gusta. Lo que era un sueño ha sido una pesadilla. Yo no he abierto la boca en seis meses y el que piense que esto es una rabieta se equivoca. Es una realidad», continuó Asensio, que incidió en que «las cosas están difíciles». «Si no hay dinero, no prometas un duro ni traigas alguien de fuera para no pagarle y engañarle», agregó.
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