El Abierto de Australia, primer 'Grand Slam' de la temporada, arranca este lunes en Melbourne Park con el número uno del mundo y defensor del título Novak Djokovic como rival a batir, en dos semanas de plena exigencia a cinco sets y calor 'oceánico' que pondrán a prueba a quienes osen detener al serbio.
Después de un mes de diciembre sin tenis, la acción volvió en la primeras semanas de enero y, a las primeras de cambio, el primer 'grande' levanta el telón. El de Belgrado vivió un paseo triunfal en 2015, con 11 títulos -entre ellos tres de los cuatro torneos más importantes de la temporada y seis Masters 1.000- y 15 de 16 finales de torneo.
Djokovic hizo y sigue haciendo gala de una condición física envidiable y un nivel que no parece dar resquicio a rival alguno. La pasada semana en Doha, 'Nole' levantó el primer título del 2016 ante Rafa Nadal, en la única final que se le resistió el pasado curso. Así, el serbio empieza el año incluso mejor el anterior, que terminó siendo histórico en su carrera.
Ahora, el cinco veces campeón en Australia busca un nuevo golpe en la mesa que termine por desesperar a más de uno. El número dos del mundo, por ejemplo, Andy Murray, regresa a una de las pistas donde tradicionalmente ha demostrado su mejor tenis, pero de done se ha marchado con las manos vacías en cuatro finales.
El escocés es uno de los favoritos sin duda, pero necesita más que nadie ese golpe de autoridad entre los mejores, más si cabe viendo la progresión del suizo Stanislas Wawrinka. El de Lausana, que el año pasado 'arrebató' Roland Garros a Djokovic, sigue creciendo a su ritmo, pero ya posee los mismos 'grandes', dos, que el británico y llega a Melbourne con el título en Chennai.
Australia suele deparar sorpresas. Dos semanas a cinco sets, con temperaturas superiores a los 40 grados no sonríen a nadie, pero tampoco asustan. El también suizo Roger Federer volvió a demostrar el año pasado que pese a sus ya 34 años no tiene fin. La pelea por el que sería su 18º 'grande' reinicia en Australia con el aval de un tenis rejuvenecido y las finales el año pasado en Wimbledon y US Open.
El de Basilea se ha ganado el derecho a ser candidato, del mismo modo que el español Rafa Nadal. El de Manacor, que ya ha dejado atrás un 2015 inusual pero con una recta final esperanzadora, afronta ilusionado reconquistar las antípodas después de su título en 2009. La dureza de Australia favorece a un Nadal sediento de competición y deseoso de volver a la honda ganadora de los mejores del mundo.
Además, la hinchada local buscará disfrutar de la mejor despedida posible de Lleyton Hewitt. El héroe local, ganador de Wimbledon (2002) y US Open (2001), disputará el 'Grand Slam' de su país por vigésima y última vez. Una incógnita más, como el alcance del hambre de aspirantes como Tomas Berdych, Milos Raonic, Kei Nishikori o David Ferrer, con escasas horas para comenzar a encontrar respuesta.
SERENA WILLIAMS, PENDIENTE DE LAS RODILLAS
En el cuadro femenino, la número uno del mundo, Serena Williams, llega pendiente de su problema con las rodillas, que le obligó a la retirada la pasada semana de la Copa Hopman. El autoritario dominio de la estadounidense comienza con dudas por molestias, las mismas que generaron su derrota el año pasado en la semifinales del US Open ante la italiana Roberta Vinci.
La conquista de su séptimo título en Australia, el 22º 'grande' de su carrera para igualar a Steffi Graf y quedarse a dos de Margaret Court, pasan por recobrar una puesta a punto aceptable para avanzar rondas y más que fiable para hacer frente a los peligros que acechan. Victoria Azarenka, campeona en Australia en 2012 y 2013, parece el mayor de ellos, después de confirmar su buen momento hace escasos días en Brisbane.
La de Minsk tiene un potencial duelo en cuarta ronda con la española Garbiñe Muguruza, quien afronta un año de retos. La hispano-venezolana se consagró el pasado curso con el tercer puesto del ranking mundial y ahora busca mantener el nivel entre las mejores. La finalista el año pasado en Wimbledon y la canaria Carla Suárez son las principales bazas españolas en la cita australiana.