El 'rider' ceutí Regino Hernández puso este jueves fin a 26 años de espera en el deporte invernal español y logró la tercera medalla olímpica de España en unos Juegos de Invierno tras adjudicarse un brillante bronce de la prueba de cross del snowboard de PyeongChang 2018.
España sólo tenía en su palmarés el oro de Francisco Fernández-Ochoa en eslalon, en Sapporo (Japón) en 1972, y el bronce de su hermana Blanca en la misma disciplina en Albertville (Francia) en 1992, pero el deportista ceutí se unió a ellos tras una brillante actuación en el circuito de Phoenix Park donde sólo ha sido superado por el gran favorito, el francés Pierre Vaultier, y el australiano Jarryd Hughes.
Un vídeo para la historia del deporte español ???????? @Reginoherma, medalla de bronce en #snowboard cross ????#PyeongChang2018 #WinterIsGaming
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— Eurosport.es (@Eurosport_ES) 15 de febrero de 2018
Hernández, adscrito a la Federación Andaluza, consiguió el mayor éxito de su carrera deportiva. Campeón del mundo junior en 2011, Hernández, de 26 años, sólo tenía hasta ahora una tercera plaza en la Copa del Mundo, en La Molina (Girona) en 2014, y la plata mundial por equipos del año pasado en Sierra Nevada (Granada) junto a un Lucas Eguibar pero demostró pericia y nervios de acero para subirse al podio.
Todas las miradas estaban puestas en el guipuzcoano, actual subcampeón del mundo, pero este no pudo ni siquiera llegar a las rondas decisivas tras sufrir una inoportuna caída en la ronda de octavos de final, dónde también fue eliminado el tercer representante español, el cántabro Laro Herrero.
Sin embargo, Hernández, que aseguraba llegar a PyeongChang en un gran estado de forma y como el mejor clasificado de los tres, séptimo, de la Copa del Mundo, no falló para saborear una más que valiosa medalla olímpica en unos Juegos donde España no es una gran potencia y en un deporte que hasta ahora sólo tenía el cuarto puesto de Jordi Font en Turín 2006 como mejor resultado.
El de Ceuta, que afrontaba su tercera cita olímpica después de no hacerlo demasiado bien ni en Vancouver 2010 ni en Sochi 2014, donde se fue al suelo en ambas, demostró que era el 'tapado'. Con esa experiencia sobre sus hombros, en esta ocasión fue superando con brillantez sus rondas desde el inicio, siendo el tercer mejor tiempo en la calificatoria, y evitando los roces que dieron al traste con las esperanzas de muchos participantes.
Fue tercero en los octavos de final para ser el único superviviente español en los cuartos donde dejó claro que podía ser una opción clara al dominar su serie y meterse ya entre los doce mejores de la prueba. Hernández repitió en las semifinales para asegurarse ya el diploma olímpica y buscar la medalla junto a otros cinco participantes en una final donde manejó a la perfección los nervios.
El 'rider' español fue desde el comienzo en los puestos delanteros junto a Vaultier y Hughes, con los que finalmente se quedó en un mano a mano para pelear por el oro después de que los tres finalistas cometiesen un error y se fuesen al suelo. El francés, que sufrió un susto en semifinales, demostró su calidad para reeditar su victoria de hace cuatro años en Sochi, mientras que el australiano, otro de los inesperados, le ganaba una dulce 'batalla' a Hernández por la plata.
El bronce del ceutí compensó la amargura del tempranero adiós de Lucas Eguibar. El abanderado español, señalado como la gran baza por sus dos platas mundiales del año pasado y por su palmarés, se fue al suelo en la ronda de los octavos de final, un final amargo que ni siquiera le permitió optar a mejorar el séptimo puesto de 2014. Laro Herrero, último en su serie, tampoco pudo meterse en la antepenúltima ronda.