La tenista estadounidense Serena Williams ha calificado de «sexista» la sanción que le impuso el juez de silla Carlos Ramos por llamarle ladrón durante la final del US Open, y ha afirmado que «nunca le quitó un juego a un hombre» por calificarle así, además de advertir de que seguirá luchando «por los derechos y la igualdad de las mujeres» en este deporte.
«He visto a otros hombres llamar a otros árbitros muchas cosas. Estoy aquí luchando por los derechos y la igualdad de las mujeres. Que yo le diga ladrón y él me quite un juego me parece un comentario sexista. Nunca le quitó un juego a un hombre porque le llamasen ladrón», señaló tras el partido, que perdió ante la japonesa Naomi Osaka (6-2, 6-4).
Al principio del segundo set, Serena fue amonestada después de que Ramos le acusase de recibir indicaciones de su entrenador, Patrick Mouratoglou, desde el box. El incidente hizo estallar a la estadounidense. «Eres un ladrón, me has robado un punto, y mentiroso por decir que hago trampas», dijo la ganadora de 23 'grandes' antes de ser sancionada con un juego -5-3 en contra-.
En este sentido, rememoró la sanción de hace unos días a la francesa Alizé Cornet por cambiarse la camiseta durante un partido debido al calor. «Me sorprende, pero voy a seguir luchando por las mujeres y para que tengamos igualdad. Cornet debería poder quitarse la camisa sin recibir una multa», recordó.
Además, la ganadora de 23 'grandes' deseó que esto pueda servir de ejemplo para otras tenistas. «Esto es escandaloso y siento que el hecho de que yo haya tenido que pasar esto será un ejemplo para la siguiente persona que tenga emociones, quiera expresarse y quiera ser una mujer fuerte. Eso se permitirá debido a lo ocurrido hoy. No me sirvió a mí, pero servirá a otra persona», apuntó.
Por último, Serena habló del trabajo de Osaka. «Creo que fue realmente constante, su juego siempre es súper consistente. Jugó muy bien y estaba concentrada. Cada vez que tenía un punto de quiebre hacía un gran servicio. Honestamente, hay muchas cosas que puedo aprender de ella en este partido. Espero aprender mucho de eso», explicó.
En este sentido, lamentó que la ceremonia de entrega de trofeos quedase empañada por los abucheos, que hicieron llorar a la nipona; tras ello, trató de consolarla. «Me sentí muy mal porque estaba llorando y ella también. Acababa de ganar. No estaba segura de si eran lágrimas de felicidad o lágrimas tristes por el momento. No quería que se sintiese así. Tal vez fue la madre que hay en mí», concluyó.