La nueva ley de arrendamiento turístico excluirá la posibilidad de alquilar las viviendas que estén reformadas o construidas de manera ilegal. Así lo declara el vicepresident del Govern, Biel Barceló.
Al tratarse de turismo, el Govern intenta equiparar los servicios de las viviendas a los de los hoteles, incluyendo en la ley cláusulas como la posible «obligatoriedad de contratar un seguro que proteja a los propietarios y a la comunidad, la accesibilidad o la limpieza periódica».
La regulación de plataformas como Airbnb es uno de los retos más difíciles de acotar para Barceló, que pretende «obligar a especificar las viviendas que son alquiler turístico», aunque sabe que «estas plataformas pueden seguir admitiendo los alquileres no regulados».
En cuanto a la delimitación de lo que es arrendamiento turístico, se contarán como tales los alquileres de menos de cierto número de días, aún por determinar. Se valora también el modelo barcelonés de establecer un número limitado de alquileres por año.