La investigación de la ‘operación Impía' (sin piedad) avanza con paso firme. El Juzgado de Instrucción número 9 tiene constancia de que la Universitat de les Illes Balears (UIB) tenía conocimiento de al menos cinco denuncias contra los catedráticos detenidos por estafa con un falso medicamento contra el cáncer registradas entre los años 2013 y 2016.
En el año 2014, una extrabajadora de Lipopharma y colaboradora directa de los catedráticos Pablo Vicente Escribá y Xavier Busquets denunció ante la Sindicatura de Greuges de la UIB la presunta estafa de la empresa. De hecho, la extrabajadora no dudó en afirmar (por escrito) que los docentes amañaban pruebas. En aquella ocasión, el órgano universitario archivó el tema alegando que no tenían capacidad para interponer la denuncia.
Fuentes próximas al caso a las que ha tenido acceso Ultima Hora han constatado que con fecha anterior a noviembre de 2014 la UIB ya tenía constancia de cuatro denuncias más. Las mismas hacían referencia al ‘robo' de ideas, artículos científicos o acoso laboral a empleados del proyecto.
Por otra parte, a mediodía de este miércoles, dos chicas se personaron en el juzgado de vía Alemania donde interpusieron una nueva denuncia contra los profesores imputados en la causa.
En la misma, las jóvenes apuntan que su abuela padecía un cáncer de hígado y que se entrevistó con el profesor Pablo Vicente Escribá en un bar. Ambas partes pactaron un pago de 350 euros en pastillas y así se hizo. A la semana, la mujer falleció por el avanzado estado de su enfermedad.
Tiene mucho mérito haber conseguido una molécula como el Minerval en un campo tan difícil como es la quimioterapia. Es un agente poco usual, derivado del ácido oleico y de muy baja toxicidad, sobre todo comparado con la mayoría de quimioterapias contra el cáncer actualmente en uso. Hay información accesible en la red sobre esta molécula que vale la pena conocer. El Minerval no está aprobado para su uso general en pacientes porque sigue el largo proceso oficial y necesario para ser catalogado como medicamento. Pero por el momento los resultados son muy esperanzadores. Todo ello es independiente de que los Drs Escribá y Busquets y/o la UIB (Universitat de les Illes Balears) hayan podido actuar de manera poco apropiada o ilegal. También se debería aclarar que la patente de la que las dos investigadoras del grupo del Dr Escribá pidieron salir no era precisamente la patente del Minerval.