Turisme ha registrado una avalancha de declaraciones responsables de viviendas para iniciar la actividad de alquiler turístico en Mallorca en los últimos meses. Esto se debe al cambio de la normativa según el cual desde este martes está vigente la moratoria para nuevas licencias de alquiler turístico. De enero a junio de este año, se han dado de alta 2.701 viviendas para poder dedicarse al alquiler turístico, de las que cerca de 1.500 lo han hecho en los meses de mayo y junio, poco antes de la entrada en vigor de la moratoria.
En solo el primer semestre de este 2017 se han registrado más viviendas vacacionales que en el conjunto de 2016, cuando se dieron de alta 2.670 casas. La cifra de este año será superior ya que faltan por contabilizar las de julio, último mes para poder registrar una vivienda turística antes de la entrada en vigor de la normativa.
Las viviendas que se han dado de alta hasta la fecha para dedicarse al alquiler vacacional están amparadas por la Ley de Turismo de 2012 y se trata, por tanto, de unifamiliares aisladas, únicas en el solar o parcela y las unifamiliares entre medianeras. Los propietarios que quieren alquilar sus viviendas a turistas deben realizar una declaración responsable ante la Conselleria de Turisme y pagar una tasa de casi 25 euros por plaza. Una vez realizada la declaración responsable, los inspectores de Turisme visitan la vivienda, un trámite que puede alargarse más de un año debido a la saturación de expedientes que han entrado en los últimos dos años.
La normativa de 2012 no establecía ningún límite de plazas para este tipo de oferta, lo que cambia a partir de ahora. Una vez que los consells y el Ajuntament de Palma redacten la zonificación -para lo que disponen de un año como máximo- cualquier tipo de alojamiento que quiera desarrollar actividad turística tendrá que adquirir plazas de la bolsa de plazas insular.