Cerca de una treintena de empresas del municipio de sant Llorenç se han visto afectadas por la riada. Dentistas, carpinteros, electricistas, estancos... han perdido literalmente los papeles. Y es que los daños materiales que han sufrido a raíz de la tormenta del Llevant los comercios o establecimientos que se encontraban ubicados cerca del torrente son muy elevados: facturas, documentos imprescindibles para el día a día, ordenadores, además de toda la maquinaria pesada y los materiales. Todo ello con el añadido que muchos de ellos no cuentan con coches, furgonetas o camiones para poder moverse de un sitio a otro.
La desolación entre ellos es palpable. Este sábado el conseller de Treball, Comerç i Industria, Iago Negueruela junto con el director general, Manel Porres, se reunieron con todos los empresarios afectados. Un encuentro en que hubo momentos muy tensos dada la difícil situación por la que atraviesan los comerciantes. «Dentro de un mes nadie se acordará de nosotros», le dijeron al conseller. Pero Negueruela les dio un poco de aliento.
Se comprometió a poner a disposición de los damnificados, en un corto plazo de tiempo, dinero en efectivo para poder atender a sus necesidades más inmediatas. Esta primera línea de ayudas pasa por llegar a un acuerdo con las entidades financieras para que éstas puedan adelantar el dinero a los empresarios y no tener que esperar todos los trámites burocráticos. El Govern actúa como interlocutor y los empresarios tendrán un plazo de un año para justificar las inversiones.
La Conselleria ha empezado a trabajar para cuantificar las necesidades de cada uno de los empresarios. Se hará una valoración caso por caso. El conseller junto con la presidenta del Govern, Francina Armengol visitaron los diferentes comercios damnificados. Después habrá otra linea de ayudas industriales para maquinaria.
Testimonios
Éstas eran alguna de las voces de los afectados. Lali Cardona, propietaria de un estanco que lo ha perdido todo comentó que el conseller ha mandado un mensaje de tranquilidad. «Ahora veremos que pasa porque a veces todos son buenas palabras y no llega nada».
Pedro Galmés del almacén Can Salvador, dijo haber perdido toda la maquinaria y los papeles.
Marga Servera, propietaria de un laboratorio de prótesis dentales, aseguró haber perdido todo el instrumental y el material sanitario.