Son varios los colegios farmacéuticos de toda España que a lo largo de los meses de esta pandemia se han ofrecido a las autoridades sanitarias para llevar a cabo test rápidos de detección del coronavirus en las farmacias y aumentar así la capacidad diagnóstica. Madrid en la última semana ha ido un poco más allá y, atendiendo a sus farmacéuticos, la comunidad ha trasladado la petición a la Agencia Española del Medicamento. En Baleares el Colegio de Farmacéuticos celebra este paso y lamenta que a ellos Salut Pública no les haya dado una respuesta oficial a este mismo ofrecimiento durante meses.
«Hace muchos meses que planteamos una colaboración con la administración, como una campaña de salud pública, pero no hubo respuesta oficial. En otros lugares, con Orense, por ejemplo, se ha hecho con los test serológicos», asegura el presidente del colegio, Antoni Real.
Real considera que el hecho de que las farmacias se pudieran convertir en «puntos de detección de posibles casos» garantizaría la continuidad del protocolo dentro del circuito sanitario y contribuiría además a «la descongestión de la Atención Primaria», que ya desde hace unas semanas gestiona, en Mallorca, una media diaria de unos 2.500 casos.
Los farmacéuticos reconocen que no todas las farmacias podrían adherirse por razones capacidad o por otras cuestiones, pero Real considera que aquellos que pudieran hacerlo contribuirían a mejorar y ampliar la capacidad de detección y, por tanto, más rapidez a la hora de cortar las cadenas de transmisión.
El presidente de los farmacéuticos de Baleares reconoce que para llevar a cabo los test de coronavirus, incluidas PCR, las farmacias tendrían que «adherirse al protocolo, con los mismos test, mismo sistema, registro...». Algo a lo que no ve inconvenientes.
Concretamente sobre la oferta al Govern, Real confirma que, aunque no ha habido una respuesta oficial, saben que Salut sólo atendrá si esta llega a modo de orden por parte de la Agencia Española del Medicamento, que ahora mismo lo valora. La comunidad de Madrid ha defendido los test en las farmacias, bajo el registro de la tarjeta electrónica, y con el fin de detectar sobre todo casos asintomáticos.
Voces en contra
La Federación de las Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME) ha desaconsejado por su parte desaconseja la realización de tests rápidos de COVID-19 en las farmacias y otros establecimientos sanitarios. Argumentan que «si se trata de tests antigénicos rápidos, se requiere la realización previa de un frotis nasofaríngeo con la técnica correcta por parte de personal con la competencia legal para ello y entrenado en la técnica, lo que no incluye a los farmacéuticos. Adicionalmente, aún en caso de entrenamiento previo, los resultados con esta técnica sólo están validados para el diagnóstico de personas sintomáticas en sus primeros 5 días de síntomas». Por este motivo, señalan que «estaría claramente desaconsejado» que las personas en esa situación de enfermedad, altamente contagiosas, acudan a las oficinas de farmacia a realizarse este tipo de pruebas, debido «al alto riesgo de contagiar a los usuarios y trabajadores de la oficina».