El Gobierno cubano que preside Miguel Díaz-Canel ha solicitado oficialmente a los hoteleros mallorquines presentes en su país ayuda económica para comprar material médico, en concreto jeringas, y así poder cumplir con su programa de vacunación a la población cubana con sus vacunas Soberana O2 y Abdala, según indican fuentes empresariales.
En la actualidad las cadenas mallorquinas presentes en Cuba son Meliá, Iberostar, Valentín, Blau y Be Live. Entre todas ellas gestionan cerca de cien establecimientos, todos ellos ubicados en terrenos propiedad de las empresas militares Gaviota, Gran Caribe y Cubanacan. De los cien hoteles, el 90 % están cerrados en estos momentos por falta de clientes a causa de la COVID-19 y de las medidas impuestos por La Habana para evitar la expansión de los contagios por el país.
La petición del Gobierno a las empresas se ha hecho de forma extraoficial a través de las sociedades mixtas cubanas, en las que participan los hoteleros para poder realizar sus inversiones y construir hoteles en terrenos propiedad del Estado.
«No hay dinero para comprar jeringas y la única opción que le ha quedado a La Habana es pedir, una vez más, ayuda económica a las empresas hoteleras mallorquinas y de otros inversores extranjeros. Es una situación que se viene repitiendo en los dos últimos años, principalmente como efecto directo del bloqueo económico impuesto por Washington, tanto con la administración Trump como con la Biden. El objetivo es lograr vacunar a toda la población y evitar la expansión de la pandemia en el país», indican representantes del sector turístico que opera en Cuba.
El nivel de desabastecimiento es generalizado en todo el país caribeño y afecta tanto a la población como a los complejos turísticos, que no pueden recibir los productos y suministros de alimentos que necesitan para desarrollar su actividad sin problemas. A esto hay que sumar que se ha producido un incremento de los costes de los productos de primera necesidad por la inflación que ha registrado el peso cubano, de ahí que los precios se han encarecido hasta un 400 %. Esto explica en cierto modo las revueltas de la población cubana de los últimos días, ya que no puede hacer frente a este sobre coste ni a la falta de suministros básicos para poder subsistir.
Mintur
El Ministerio de Turismo de Cuba (Mintur) obliga a los turistas extranjeros que lleguen a los aeropuertos del país a pasar, por motivos de control sanitario, una cuarentena de siete días y seis noches. Esta circunstancia ha hecho caer en picado el turismo europeo, afectando a toda la planta hotelera abierta.
El confinamiento en los hoteles designados por el Gobierno, tanto en La Habana como en Varaderos y otros enclaves, obliga a los turistas a tener que abonar el aislamiento y todos los cargos que se produzcan durante su estancia.
Este anuncio de Mintur es lo que ha provocado que las aerolíneas españolas y de otros países europeos realicen los vuelos mínimos y necesarios, aunque ya anuncian que cancelarán toda su programación de vuelos porque los niveles de ocupación no cubren los costos fijos de las operaciones aéreas.
Asimismo, las revueltas de la población que se llevan realizando desde hace días en Cuba, según las aerolíneas, «tampoco ayuda mucho a la comercialización de los vuelos, de ahí que en caso de que se generalicen y continúen nos veremos obligados a suspender los vuelos al país por motivos de seguridad».
La falta de alimentos repercute directamente en los hoteles abiertos, en concreto en Varadero, ya que ciudadanos cubanos adquiere comida para luego revenderla fuera de los establecimientos. Esta situación ha provocado ya serios problemas en las cadenas hoteleras mallorquinas afectadas.
Cuba, con esta crisis y el bloque estadounidense, está tocado seriamente como destino vacacional para el turismo internacional y poniendo en peligro, aún más, la economía de un país que ha podido sobrevivir gracias a la industria turística.
En estos momentos, el único turismo que llega a la isla es el ruso, gracias a los acuerdos alcanzados entre La Habana y Moscú, pero su llegada ha multiplicado los contagios en las zonas donde se alojan, caso de Matanzas o Varadero. Esta situación ha provocado problemas diplomáticos que se han solventado por vía política y no dañar la imagen a nivel internacional.
Las revueltas de la población, según aerolíneas, touroperadores y hoteleros, va a tener efectos inmediatos en toda la estrategia de promoción turística, de ahí que los destinos competidores de Cuba en el Caribe, caso de México y la República Dominicana ya se están beneficiando del trasvase del turismo internacional a sus zonas vacacionales.