«He perdido a un gran padre, un mito, una gran leyenda», dijo ayer Lorenzo Quinn, hijo del actor Anthony Quinn, quien murió anteayer a los 86 años tras una carrera artística de casi seis décadas.
«Agradezco mucho el amor mostrado por todo el mundo hacia mi padre», añadió Lorenzo, quien, junto con la esposa de Anthony Quinn, acompañó al actor hasta sus últimos momentos en el hospital de Boston. «Lorenzo está muy afectado, muy dolido, porque siempre estuvo muy cerca de su padre», dijo Conchita Pont, la secretaria de Quinn hijo, nacido en 1965. Pont indicó que el funeral de Anthony Quinn se celebrará el sábado, pero que aún no se conocían otros detalles. Lorenzo Quinn también ha desarrollado una carrera de actor, incluso ha trabajado junto a su padre, pero en España, donde reside en Barcelona, es muy conocida su faceta de escultor de la que en Palma ha dado muestras con varias exposiciones.
La muerte de Anthony Quinn es «una pérdida terrible», declaró ayer la actriz italiana Gina Lolobrigida. «Era un monstruo sagrado, uno de los actores más extraordinarios, imposible de sustituir», resumió Gina Lolobrigida, que en 1956 interpretró el papel de Esmeralda junto a Anthony Quinn, como Quasimodo, en «El jorobado de Notre Dame», basado en la novela de Víctor Hugo. «Conservo un recuerdo inolvidable, más aún al ser yo quien sugirió al director Jean Delannoy que diera ese papel precisamente a Anthony Quinn», añadió la actriz. «Era generoso, formidable, humilde. Era un amigo, cuya desaparición es una pérdida terrible para mí», aseguró. Anthony Quinn «amaba la vida. Afortunadamente, gozó de ella hasta el final», añadió.