Cuando apenas quedan seis días para que de comienzo el Festival Internacional de Curtmetratges i Documentals d'Eivissa, Elektrozine, su director, Fernando Monge, acompañado por la consellera de Cultura del Consell, Fanny Tur, y por la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Eivissa, Lurdes Costa, presentó ayer el certamen en la sede de la máxima institución pitiusa.
Con más de docientos cortometrajes recibidos, de entre los cuales se han seleccionado cuarenta, Elektrozine'01 se dividirá a partir del próximo martes en cinco días de proyecciones, tres de ellos dedicados a la sección oficial y otros dos para la exhibición del apartado «Panorama balear» y de las obras que integran el festival itinerante D Film Festival, cuya sede está en Los Angeles (EE UU) y que se presentará por primera vez en España en la cita ibicenca. Los pases tendrán lugar cada día entre las 20'30 y las 22'30 horas, mientras que el precio de las entradas será de 500 pesetas por día o un abono de 2.000.
El festival ha contado con la participación económica de las conselleries de Turisme y Cultura del Consell, con 600.000 y 1.200.000 pesetas respectivamente, y con la del Govern, a través de Ibatur, que aporta otras 600.000. Además, el Ayuntamiento de Eivissa cede el auditorio de Can Ventosa y los medios técnicos necesarios para las proyecciones y la empresa Multicines Eivissa hará lo mismo con la sala cinco, donde se exhibirán las cintas a concurso en 35 mm. Finalmente, Elektrozine cuenta con el apoyo privado del bar Can Pou y de la escuela de cine Zona 6.
«La oferta de Elektrozine se está situando en la vanguardia del cortometraje -señaló ayer Monge-, pese a ser un festival chiquitín». Al comentar las dimensiones del certamen, su director apuntó que, hoy por hoy, «se ha tocado techo teniendo en cuenta de las infraestructuras de las que se dispone». «Lo ideal sería poder invitar a los directores a asistir al pase de sus obras, pero hay que ir poco a poco, son cosas que no se consiguen en uno, dos o tres años», añadió.