La escritora Rosa Regás, ganadora de la 50 edición del Premio Planeta con la novela «La canción de Dorotea», señaló ayer que la obra «está atravesada por esa ambigüedad de sentimientos que se produce a menudo en nuestras vidas en que se mezcla la fascinación y la repulsión».
«La canción de Dorotea» es la historia de una profesora de biología molecular que contrata a otra mujer para que cuide de su padre moribundo en su casa de campo. Cada visita de la profesora a su padre es, según ha explicado Regás a EFE, «un descubrimiento de una faceta nueva de la cuidadora, cada vez más horrenda, que genera en ella una mezcla de fascinación y repulsión, un poco como lo que hemos vivido estos días con el atentado de las Torres Gemelas, que de entrada nos repele, pero al mismo tiempo nos produce fascinación».
Sobrevolando ese espectáculo, en la novela aparece siempre un hombre alto con sombrero, que es «el verdadero enigma» de la obra. En su anterior novela, «Luna lunera», Regás abocó en el texto su propia infancia, y en esta ocasión «algunos de los personajes son parte de algo que yo he vivido aunque no es mi propia experiencia, porque todo lo que escribimos está dentro de nosotros, en forma de debate, de recuerdo o de fabulación».
Confiesa que su escritura es «muy amarga» a pesar de que «en la vida real soy muy alegre», una tristeza que atribuye a que «quizás no tengo un buen concepto del mundo». A pesar de su edad, Rosa Regás (Barcelona, 1933) se considera una «joven escritora» pues comenzó a escribir tarde.