«Aparte de la formación de los alumnos, el objetivo es el mantenimiento, conservación y restauración del patrimonio de la ciudad». Con estas palabras, Àngeles Martín resumió a este periódico la línea de acción de la Escuela Taller de Eivissa, a cuyo frente esta desde 1998, aunque esta arqueóloga de profesión esté vinculada a la misma desde que inició sus actividades en 1992. Los proyectos son financiados por el Fondo Social Europeo y la Conselleria de Treball. «Cualquier institución puede solicitar uno de los proyectos; en este caso es el Ayuntamiento el que los ha ido haciendo sucesivamente desde 1992», apuntó.
Este es el tercer proyecto que Àngeles Martín realiza como directora. Está centrado especialmente en la restauración del baluarte de Sant Pere, donde «los canteros han empezado ya los trabajos»; y también «en la rehabilitación de una casa que queda frente a la capilla de Sant Ciríaco». Pero en el historial de la década de existencia de la Escuela Taller figuran trabajos importantes . Uno de los más destacados fue la recuperación «de una zona muy deteriorada, el perímetro de la Muralla que se conoce como la Ronda Calvi. Durante tres años se hicieron excavaciones arqueológicas que permitieron descubrir parte de la muralla árabe, de la que apareció un tramo y dos torres», explicó Martín. Otras labores que menciona son «la restauración de la Casa de la Campanera, al lado de Can Comasema; la rehabilitación del Centro de sa Miranda, en sa Penya»; o el ajardinamiento de toda la zona de Cas Serres hace unos cinco años por los talleres de jardinería. «Trabajan en el mantenimiento de los jardines de Dalt Vila, hacen trabajos en el Vivero municipal y el mantenimiento de los jardines de la ciudad, especialmente de Dalt Vila». Además, «hacen trabajos auxiliares cuando hay algún problema en Dalt Vila», como cuando hace dos años unos vándalos sacaron de sus goznes las puertas del Portal de ses Taules.
Actualmente, la Escuela Taller de Eivissa tiene 24 alumnos, entre 16 y 25 años. Los proyectos son para dos años, al final de los cuales obtienen un certificado de profesionalidad en la ocupación que han elegido. «Los primeros seis meses son formativos y cobran una beca, y el resto se les hace un contrato de trabajo por parte del Ayuntamiento, con el 75% del salario interprofesional». Cuentan con profesionales de apoyo (arquitectos, aparejadores, psicólogos, profesores de cultura general), «y el porcentaje e inserción laboral al terminar es de un 80%», afirmó orgullosa Martín.