Dentro del programa de colaboración que mantiene el Conservatorio Superior de Balears con los de las otras islas, su director, Miquel Estelrich, y otros profesores del centro han dado estos días cursillos a los alumnos del Conservatorio de Eivissa y a los de la Extensión de Formentera. «Cada año nos hacen las peticiones que cada uno estima oportunas, así se potencia la relación de los profesores con los distintos centros, aparte de aunar criterios de trabajo y ayudar a todos los alumnos de las Islas», explicó.
En concreto, Estelrich ha impartido clases de piano; Rafael García, de técnica Alexander; Smerald Spaihou, de violín, y Rubén Marqués de trompeta. «Creo que es una iniciativa fantástica que ha tenido este año una recepción muy buena. Aquí hay 90 alumnos de distintas especialidades que han trabajado con los profesores del Conservatorio superior, algo que es y seguirá siendo algo habitual», afirmó.
Miquel Estelrich tiene una impresión «muy buena» del Conservatorio ibicenco. «Pero urge tener el nuevo edificio para que pueda tener una expansión fuerte, tal como nos pasó a nosotros en Mallorca. Hace falta unos espacios dignos en los que trabajar, algo que en estos momentos dista mucho de ser así. Esto supondrá un revulsivo muy fuerte para el Conservatorio de Eivissa».
En su visita a Eivissa, Estelrich se ha entrevistado con la consellera de Cultura, Carolina Torres, «pero no me ha concretado fechas de las obras y de su terminación. Lo importante es que se active cuanto antes, porque de esto dependen una serie de consecuencias muy grandes para la cultura y la música de la isla», precisó el director del Conservatorio Superior balear.
Estelrich se mostró crítico acerca de que el nuevo Conservatorio de Eivissa imparta clases de danza. «Mezclar música y danza en un conservatorio es un error. Para afirmar esto tenemos la experiencia de Palma, que espero no se vuelva a repetir aquí. Porque no deja de ser un departamento de un centro de música que no tiene una entidad suficiente para desarrollarse. Es el único sitio de España donde la música y la danza están juntas. Lo que funciona hoy es la música por un sitio y las artes escénicas por otro», concluyó Miquel Estelrich.