Carles Santos, uno de los grandes ausentes de la noche, fue el gran ganador y protagonista en la gala de la VIII edición de los Premios Max de las Artes Escénicas, que se celebró el lunes en el teatro Buero Vallejo de Guadalajara. Santos logró tres galardones: al mejor espectáculo de teatro musical, a la mejor composición musical para espectáculo y al mejor director musical. Los tres por «El compositor, la cantant, el cuiner y la pecadora».
La Gala de los Max comenzó con el número musical «En un lugar de la Mancha», y en contra de los sondeos iniciales, el Premio al Mejor Espectáculo de Teatro fue para la obra «Sobre Horacios y Curiacios», de la Fundación Teatro de la Abadia, cuyos componentes agradecieron este galardón en el año Cervantes «a todos los que día tras día se dejan la piel en el escenario».
El Premio al Mejor director de escena fue para Josep María Flotats, por «La Cena», quien prometió no retirarse y seguir trabajando en favor de un teatro al servicio de los autores y de ideas, y se lo dedicó a los dos directores de teatro que competían con él a este reconocimiento y que durante casi un año han trabajado en este espectáculo.
El Premio Max a la Mejor Actriz Protagonista por «Wit» fue para Rosa María Sardá, quien, visiblemente emocionada como ella misma reconoció, recibió el galardón de manos de actriz Vicky Peña, y dijo que no entendía porque su colectivo no está mejor tratado en España. Hector Alterio se llevó el Premio al Mejor Actor Protagonista por «Yo, Claudio»: esta obra también se llevó el Premio de Iluminación y su productora, Pentación, el Premio al Mejor Empresario o Productor privado. En cuanto al reconocimiento al Mejor Espectáculo de Danza, se lo llevó «A Cal y canto», de la Compañía Eva La Yerbabuena.
Con un «viva la farándula» recibió el dramaturgo José María Rodríguez Méndez el Premio de Honor, del que hizo entrega la ministra de Cultura, Carmen Calvo, que elogío el trabajo realizado por todos los actores y actrices porque «todos ustedes son el proyecto interior bruto de este país, quienes crean la belleza y la libertad de pensamiento, y son imprescindibles», precisó la ministra.