Julio Herranz, ganador del IX Certamen Internacional de Poesía Ciudad de Torrevieja, aseguró ayer en el Círculo de Lectores, en Madrid, que «la salud poética en España es inmejorable» en cuanto a creación se refiere aunque reconoció que las ventas de este género literario son «para llorar».
Herranz presentó su libro « El ángel yuxtapuesto», merecedor del citado galardón y editado por Plaza & Janés, en el que propone «una reflexión en torno al amor, el erotismo, la poesía y la muerte de un poeta del sur que a veces pierde el norte», según afirmó.
El autor, poeta de largo recorrido, ahondó en las tres partes de que consta su obra, compuesta por un total de cuarenta y dos poemas y que tienen como hilo conductor al poeta que idolatra a su amante. La primera es la poesía de la experiencia con reminiscencias claras de Cernuda, Bécquer o Gil de Biedma. La segunda pretende ser un homenaje a una línea de escritura próxima al surrealismo y con ecos de Baudelaire y Rimbaud. La tercera parte del libro es un poema largo que recuerda a las víctimas del sida. En este acto se encontraba también Vicente Martín, finalista de este IX Certamen con su obra «De silencios fingidos», un libro directo y sin artificios que cuenta con una treintena de poemas «escritos desde el interior, un interior lleno de dudas y escasas certezas», explicó el autor que, prácticamente, debuta como poeta con este texto. Martín, siempre amante de la poesía pero que hasta hace unos cuatro años no se dedicó de lleno a esta actividad, señaló que su libro tiene mucho de «autoconfesión y huída del cemento y del asfalto» y que ofrece la visión de un «hombre cansado de convencionalismos». Los elementos de la naturaleza aparecen aquí como una constante y como verdaderos protagonistas.