El presidente del Consell, Pere Palau, y el conseller de Patrimoni, Joan Marí Tur, se reunieron ayer con representantes de la oposición en esta institución, así como con los del Ayuntamiento de Eivissa, para informarles de su intención de iniciar las gestiones que lleven a buen puerto la adquisición del Teatro Pereira. «Si no nos pusiéramos de acuerdo con la familia propietaria del inmueble por cuestión del precio o por falta de voluntad de venta -respetable y legítima- nos volveríamos a reunir con el Ayuntamiento y la oposición del Consell para ver qué solución le damos al tema», apuntó ayer Marí Tur. «En cualquier caso, procuraremos resolver el problema lo más rápido posible, aunque haya que tomarse el tiempo necesario, porque cuando se trabaja con dineros públicos hay que tener más cuidado que cuando se trata de dineros privados», añadió.
Por su parte, Pedro Matutes, portavoz de los propietarios, dijo ayer a este periódico que ante la nueva situación «la familia se tendrá que reunir para hablar del tema, porque dibuja un panorama diferente y cualquier juicio a priori sería precipitado». Matutes añadió que la propiedad «no se ha planteado nunca como necesidad, ni muchísimo menos, la venta. Nunca lo hemos tenido dentro de nuestras previsiones, pero también hemos dicho que estamos dispuestos a hablar con el Consell siempre que nos lo pidan. Es lo mínimo que podemos hacer, como hemos hecho siempre cuando, como en el caso de este equipo de gobierno, se ha actuado correctamente y con buenas maneras».
En cuanto a las reuniones apuntadas, Palau y Marí Tur se reunieron primero con Vicent Tur y Miquel Ramon, representantes del Grup Progresista, que a la salida se mostraron satisfechos del nuevo rumbo del polémico caso. «Por nuestra parte vemos positivo que hayan rectificado aquel convenio de uso público por 40 años (no completos) que valía ocho millones de euros. Era algo que no tenía sentido. Lo suyo es entablar negociaciones con la propiedad para comprarlo, teniendo en cuenta además que se está tramitando su declaración de BIC del inmueble, lo que condiciona su uso y la conservación del mismo», explicó Miquel Ramon, añadiendo que «si consiguen la compra a un precio que no sea muy gravoso para los ciudadanos les daremos la enhorabuena; si no, como corresponde a la oposición, criticaremos lo que no veamos correcto, naturalmente».