JULIO HERRANZ
«Se estima que hay varios cientos de piezas; y si para sacar estas dos hemos echado tantas horas, pasaran varios consellers de Patrimoni antes de que las recuperemos todas». Con estas palabras, el titular de Patrimoni, Joan Marí Tur, resumió ayer la dificultad que ha supuesto recuperar las dos primeras piezas del pecio romano encontrado en febrero de 2005 cerca de Formentera, a unos 80 metros de profundidad en un punto vigilado que se mantiene secreto para evitar robos.
La pieza más interesante y singular es una caja de plomo, de uso desconocido. «Podría haber sido una caja fuerte, pero no lo sabemos aún; dentro había fragmentos de ánforas», explicó ayer el arqueólogo del Consell, Joan Ramon, que supervisó los trabajos de recuperación, junto con un colega de Colonia. La otra pieza, también localizada con gps, fue un ánfora lusitana, que, como la caja de plomo esta datada entre finales del siglo III y principio del siglo IV d.C.