Con sólo 23 años, Adrián Gas pisa ya fuerte en el mundo de la danza, una vocación que lleva en la sangre, pues el bailarín y coreógrafo ibicenco es hijo del malogrado Gerardo Gas y Sandy Plant, del veterano Studi Capricorn. Instalado desde 2000 en Londres, donde estudió en la Escuela Brian Rogers, un reputado instituto de baile, alterna el desarrollo de su trayectoria artística (participó en 2006 en el musical Daddy Cool del West End, y en alguna serie de televisión; por ejemplo) con trabajos para el mundo de la publicidad y clases en la Brian Rogers.
Una de los contratos publicitarios más importantes que ha conseguido Adrián Gas es el de protagonista de una campaña de Vodafone, en el que sale bailando claqué ante una chica con cierto aire de 'Billy Elliot' ('Youtube.Vodafone/magical) Un trabajo que consiguió tras un duro casting internacional: «En Londres fuimos unos 80 chicos en la audición, y también seleccionaron gente en París y en Nueva York. En la segunda fase quedamos aquí doce chicos y no sé cuantos fuera. La final fue entre un chico de Nueva York y yo, pero me eligieron a mi. Supongo que porque me ajustaba más a la imagen que buscan», explicó desde Londres a este periódico. «Es el primer anuncio que he hecho y la experiencia ha resultado muy interesante, la verdad», añadió El anuncio comenzó a emitirse las pasadas Navidades en el Reino Unido e Irlanda con un contrato para un año en televisión y cine (la versión larga, de más de un minuto). «No se sabe aún si se verá en España; hay una extensión del contrato que dice que puede llegar a todos los países europeos, dependerá de los intereses de Vodafone», precisó Adrián Gas. «Se rodó en Berlín, ensayando tres días; y una grabación que empezabas a las diez de la noche y acababa a las seis de la mañana. Pero, encima, el primer día de grabación empezó a llover y tuvimos toda la producción que quedamos un día más para poder acabarlo».
Un proyecto que está teniendo una notable acogida y del que el bailarín ibicenco se siente especialmente satisfecho. Pero tienen otros entre manos. «Son varias cosas con contratos cortos. Por ejemplo, acabo de volver de Bruselas de hacer un pase de moda de presentación de los zapatos Clarks; y la semana que viene hago un anuncio de Adidas, con otro chico y dos chicas. Estaremos corriendo con sus bambas nuevas; vamos a ver». Sin abandonar otros intereses artísticos: «Ahora estoy coreografiando para un nuevo grupo de chicas que van a sacar un disco a final de este año. No tiene nombre todavía, están ahora en todo el proceso de producción, mirar las discográficas y demás».
En cuanto a las clases en la Escuela Brian Rogers, Adrián Gas se lo toma como un complemento de su otras facetas. «Doy clases de hip-hop, street, jazz y todo eso. Es una vez a la semana, pero si algún día no puedo ir por los trabajos que me salen, son flexibles conmigo. Porque por ahora, lo que quiero sobre todo es bailar y coreografíar, antes que dar clases; aunque siempre viene bien económicamente cuando no hay otra cosa», reconoció el joven y talentoso artista, quien, con un representante que le gestiona sus intereses, se está abriendo camino con solvencia y sugerentes posibilidades en un campo tan arduo y complejo.
En cuanto a sus relaciones con al isla, Adrián Gas apuntó que viene más bien poco en los últimos tiempos, pues el trabajo le retiene en Londres. Aunque hace dos años contó a este periódico que le gustaría montar una convención de danza hip-hop en Eivissa al que asistirían «bailarines y coreógrafos de estilos hip-hop que he ido conociendo. Haríamos clases, cursillos, charlas. Hay que trabajar el tema y ver los apoyos que podemos conseguir». Un interesante proyecto del que no se supo nada más. De momento, en relación con la isla, Adrián Gas señaló que intentaría venir la semana que viene «para ayudar a mi madre, que anda muy liada con el tema del Carnaval. Pero no estoy aún seguro de si podré hacerlo, porque aquí me sale el trabajo de semana en semana y tengo que aprovecharlo. Así que ya veremos; me gustaría, desde luego», concluyó el inquieto y polifacético creativo ibicenco.