Dentro del Plan de Museización de Dalt Vila, el baluarte de Sant Jaume ofrecerá a los interesados a partir de la próxima semana (falta concretar la fecha exacta) un proyecto de carácter didáctico, lúdico e interactivo en torno a cómo eran las guerras en tiempo del arquitecto Calvi, constructor de las murallas renacentista de Dalt Vila. Proyecto que fue presentado ayer a los medios de comunicación por la alcaldesa de Eivissa, Lurdes Costa. «Es una alegría presentar un espacio que ha recuperado su fisonomía original, conforme al Plan Director de las Murallas (que se encargó en 2000 y se aprobó en el 2003), para que las intervenciones se hiciesen según bajo criterios técnicos de estudiosos e investigadores; pues hasta entonces las restauraciones que se hacían en las murallas eran según el criterio de quien las hacía».
Costa explicó que las dos casamatas del baluarte de Sant Jaume, como las de los otros que circundan la muralla, habían servido desde los años 40 hasta los 80 como depósitos de agua o instalaciones complementarias; así como que el proyecto que ahora se culmina en este baluarte sigue las pautas de rehabilitación y museización que se han seguido en el baluarte de Sant Pere y en el Centro de Interpretación de la Casa de la Cúria. «La intervención y recuperación de este espació ha costado 300.000 euros, y unos 200.000 el contenido de la museización, dentro del proyecto global que incluyó la Casa de la Cúria y el baluarte de Sant Pere, que ascendía a 1.300.000 euros, financiados por el Consorci Eivissa Patrimoni de la Humanitat», precisó la alcaldesa.
Por su parte, la arqueóloga del Ayuntamiento de Eivissa, Rosa Gurrea explicó que «estos baluartes de la zona de la muralla que hizo Calvi tienen todos dos casamatas enfrentadas. En estas no se pusieron depósitos de agua, pero por aquí pasaba toda la canalización, por lo que estaban bastante destrozadas. Lo que se ha hecho es quitar todos los escombros que había, reforzar las paredes y limpiar. No se ha pavimentado; se ha dejado el suelo de tierra porque es muchísimo mejor para el baluarte, pues así no se acumula la humedad y los muros sufren menos», precisó.
En cuanto al proyecto de museización, Gurrea precisó que «ya se había contemplado que estas casamatas las dedicaríamos al tema de la guerra, con los artefactos que se utilizaban y el funcionamiento de todo el recinto fortificado. Hay un panel donde se explican los ángulos de tiro, para qué sirven las troneras; también hay unos cañones esquemáticos y otra serie de elementos llamativos. Es muy interactivo, para que la gente pueda tocarlo todo, y con paneles informativos que explican de forma resumida todo lo que un visitante quiere saber».
Incluso hay propuestas divertidas: una serie de trajes de época colocados junto a unos espejos en los que los curiosos pueden apoyar la cabeza y mirarse. Como pasaba con aquellos montajes en las ferias antiguas para hacerse una fotografía de torero, gitana, aviador... Y una vídeo de unos ocho minutos para concienciar al visitante sobre los desastres de la guerra. Un trabajo impactante que primero explica los protagonistas y el sentido de las guerras desde el punto de vista mitológico, a partir del cuadro Los frutos de la guerra de Rubens; para pasar a un terrible hecho de guerra, la destrucción de Guernika por los nazis durante la Guerra Civil española, con imágenes trágicas del daño a la población civil y secuencias del cuadro que Picasso pintó como reacción ante la masacre, inspirado precisamente en esa obra de Rubens. Todo un alegato contra todas las guerras de la historia.