La tercera jornada de Eivissa Jazz 2010 (baluarte de Santa Llúcia, Dalt Vila, 22,00 horas) tendrá como protagonista principal a Gilad Atzmon & The Orient House Ensemble, más la cantante Sarah Gillespie como invitada especial. Reconocido saxofonista de origen israelí y residente en Londres; novelista, profundamente apasionado por el humanismo y el futuro del pueblo palestino. En su evolución política ha llegado a renunciar de su condición de judío, acercándose a otras religiones para tratar de comprender mejor la naturaleza humana. Aunque, asegura en la siguiente entrevista que no está interesado realmente en la política.
-Tras una década con The Orient House Ensemble, ¿qué le ha aportado musicalmente?
-La forma en que embellece mi música es difícil de describir; es sólo un cuarteto, pero todos ponen mucho interés en lo que hacen. Por mi parte, procuro animarles a que cada uno aporte, saque su propio color a la música que hacemos entre todos.
-¿Qué camino le queda aún por recorrer con ellos?
-Tenemos un disco a la vista que saldrá pronto al mercado, y confiamos en poder seguir aportando buena música. Cuando algo funciona bien, no hay ningún motivo para cambiarlo.
-Para el concierto ibicenco viene con la cantante Sarah Gillespie, ¿qué ofrece su presencia al conjunto de la banda?
-Será la primera vez que Sarah cante con nosotros; pero yo he trabajado con ella varias veces en los dos últimos años, y he colaborado en algún disco suyo. Creo que es una chica con mucho talento, y va a resultar un buen estimulo en el escenario.
-En su música siempre ha contado con otros estilos, y ha tocado con gente alejada del jazz, como Robbie Williams, Sinnead O'Connor o Ian Dury, creando -según la crítica- su propio lenguaje musical. ¿Cómo lleva esa doble condición de intérprete y compositor?
-Relativamente bien. El trabajo que hice con esos artistas eran cosas puntuales, aunque con Ian Dury and The Blockheads trabajé durante 14 años. En general, todos los músicos con los que he trabajado me han aportado inspiración para mi propia música. Es el caso de Robert Wyatt, a quien, por cierto, produzco su nuevo disco, que saldrá a la calle en cosa de un mes.
Pero también he colaborado con gente cuya única relación era ir a la grabación, hacer mi parte y cobrar. Pero eso no lo hago ya más. No soy sólo un saxofonista, vengo con todo un paquete.
-Desde 1994 vive en Londres. ¿Es un buen entorno para desarrollarse como músico?
-Es un sitio realmente amable y estimulante para mí. Desde que llegué me vi envuelto en movidas musicales, así como en historias literarias. Me aceptaron muy bien, aunque alguna organización política judía trató de desprestigiarme; pero mis seguidores no picaron en absoluto y siguieron llenando mis conciertos. Y ahora, si no la más, estamos entre las tres mejores bandas de jazz de Gran Bretaña.
-¿Quiénes son sus músicos de referencia?
-Siempre he estado muy influenciado por John Coltrane y otros músicos afines, pero luego empecé a disfrutar también con Brahms, Bach, Astor Piazzola, los Beatles y gente de otras músicas.
-¿Cree que la música es un elemento de entendimiento entre los pueblos?
-No estoy interesado en la política. Cuando vivía en Israel quise enterarme mejor del tema de la identidad judía, pero me pareció algo extraño. Fue un proceso en el que quise dejar de ser judío y empecé a interesarme cada vez más por Cristo y Mahoma. Para mí todo este asunto no es tanto una cuestión política, sino más bien un tema de la persona y su filosofía. Así que es algo que me tomo con tranquilidad, como hacer música por las noches y escribir durante el día.
-Músico y escritor, ¿cómo combina estas dos facetas?
-No sé cómo me apaño; simplemente, llevo los dos temas para adelante de la forma más natural que puedo. En cuanto a la escritura, veo por facebook y otros canales de internet que la gente está muy interesada en mis cosas sobre Rebelión y demás. Por eso, aunque a veces no tengo ganas de escribir, me hago cargo de que la gente espera que siga haciéndolo, me lo reclama. Por lo tanto, digamos que me lo tomo como un compromiso. Estamos aquí para vivir y darle algún sentido a lo que hacemos; a la música, a mi familia, a mis niños...
-¿Cómo cree que han contribuido a la historia del jazz los músicos de Oriente Medio?
-Pues no lo tengo muy claro; creo que fui uno de los primeros en hacer jazz allí. Por mi parte, puedo decir que mi música es muy abierta. Me gusta mucho la improvisación, como hacían los grandes del be bop; y espero seguir encontrando mi propio camino por todos los horizontes que animen mi creatividad.
-¿Qué concierto pueden esperar esta noche los aficionados de Eivissa de Gilad Atzmon y The Orient House Ensemble?
-Modestamente, creo que somos un grupo de buenos músicos; por lo tanto, espero que sepamos comunicarnos bien entre nosotros y la audiencia, para que así, entre todos, podamos entender juntos de qué va esta música y pasar un buen rato.