El cineasta francés Claude Chabrol falleció hoy a la edad de 80 años, según informaron fuentes del Ayuntamiento de París citadas por la emisora France Info.
Chabrol, considerado uno de los realizadores clave de la cinematografía gala, nació el 24 de junio de 1930, y fue, además de director, productor, montador y crítico de la revista «Cahiers du cinéma».
Entre los filmes de Chabrol se cuentan algunas de las cintas más destacadas del cine francés, como «Le beau Serge», «Violette Noziere», «La Cérémonie» o «Merci pour le chocolat».
En 2009 dirigió «Bellamy» y sus últimas obras fueron dos capítulos de «Au siecle de Maupassant: Contes et nouvelles du XIXeme siecle».
Entre 1953 a 1957 fue crítico de «Cahiers du Cinema», etapa en la que empezó a mostrar su interés por el cine estadounidense, sobre todo policiaco, y por Hitchcock; él mismo se convirtió en maestro del cine negro.
En 1958 comenzó a trabajar como jefe de prensa de Twentieth Century Fox en Francia y paralelamente escribió guiones; rodó cortometrajes, y de forma ocasional intervino como actor en algunas películas.
Gracias a una herencia recibida por su mujer, Agnes Goute, pudo realizar su primera película, «Le beau Serge» (El bello Sergio), que estrenó en 1959 y con el que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín.
Así comenzó el movimiento conocido como «La Nouvelle Vague» que revolucionó la historia del séptimo arte desde Francia y de cuyo nacimiento se conmemoró el cincuentenario el año pasado.
El éxito de «Le beau Serge» y de «Les cousins» (Los primos), premiada en el Festival de Cine de Locarno, le permitió rodar su primera película en color en 1959, «A double tour» (Una doble vida), que no tuvo buena aceptación.
Posteriormente, realizó de una a dos película al año: «Les bonnes femmes» (1960); «Les Godelureaux» (1960); «Les sept peches capitaux» (1961); «L'oeil du malin» (1962); «Ophelia» (1962); y «Landru» (1962). Al mismo tiempo llevó a cabo una actividad teatral y puso en escena obras como «Macbeth», en 1965.
Gran aficionado a la buena mesa, era célebre por la costumbre de ofrecer buenas comidas durante los rodajes, por prohibir los sandwiches en éstos y comentaba, medio en serio medio en broma, que el origen de su gusto por la buena mesa estaba en su infancia, cuando, alérgico a la leche, hubo de ser alimentado con caldo de carne.
Presidió y formó parte de un buen número de jurados cinematográficos y obtuvo numerosos premios, entre ellos el Gran Premio de la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos (SACD) de Francia (1996); el Premio Europa de 2003, el Premio Donostia del Festival de Cine de San Sebastián ese mismo año y la Cámara de Oro en reconocimiento a su carrera en la Berlinale de 2009.
Fue autor de las novelas «L'adieu et dieux» y «Vladimir et les Jacques».