El centro cultural de Can Ventosa acogió ayer una conferencia de Luis Alberto de Cuenca sobre La Odisea de Homero. Reconocido poeta, ensayista y filólogo, De Cuenca fue director de la Biblioteca Nacional y secretario de Estado para la Cultura durante los gobiernos de Aznar. Su charla fue la primera entrega del VI Curs de Pensament i Cultura Clàssica, que organiza la Fundació 'la Caixa' con la colaboración de la Universitat de les Illes Balears (UIB); a la que seguirán la que ofrecerá el próximo día 27 Alberto Bernabé sobre la Lisístrata de Aristófanes; la de Vicente Cristóbal sobre las Metamorfosis de Ovidio (3 de noviembre); Antonio Alvar sobre La Eneida de Virgilio (10 de noviembre), y Francesc Casadesús sobre El banquete de Platón (17 de noviembre). Todas las conferencias de esta sexta edición del ciclo pedagógico tendrán lugar en el mismo escenario y a las 19,30 horas.
-¿Cómo argumentaría, sobre todo de cara a los jóvenes, la necesidad de leer a los clásicos?
-Por puro egoísmo personal y por pura capacidad de disfrute y de ausencia de esa misma capacidad. Cuantos más clásicos leas, más vas a disfrutar y a valorar el hecho de estar vivo. Yo creo que lo que importa de la lectura de los clásicos es, precisamente, que nos ayudan a vivir y nos hacen más sabios y mejores. En ese sentido, pienso que es fundamental no olvidar a nuestros maestros, los clásicos greco-latinos.
-Y, como demuestra su biografía, no son incompatibles con los cómics; por ejemplo.
-No existe diferencia alguna entre la gran cultura, o la gran literatura, y la cultura de masas. Creo que son fenómenos profundamente humanos y enraizados en nuestra propia experiencia como especie. De tal manera que debemos armonizar esos dos mundos. El cómic es una expresión formidable del arte de nuestro tiempo. Un arte que tiene apenas un siglo, pero que ha dado ya grandes obras maestras a la cultura europea y universal.
-En su tiempo de director de la Biblioteca Nacional promovió este arte, ¿no?
-Sí, en enero del 97 inauguramos una exposición sobre los 100 primeros años del cómic que tuvo una afluencia de público absolutamente incomparable con cualquier otra exposición de la Biblioteca. Y sigue siendo la más visitada de su historia, lo que demuestra que la gente se interesa por ese género de literatura secuenciada, como llegó a definirla algún especialista.
-¿Conocía Eivissa?
-No, es la primera vez que vengo y estoy encantado. Tenía esa asignatura pendiente y la he aprobado. Con bastante suerte, al parecer, por la magnífica temperatura y el tiempo delicioso que me ha tocado para estar en un 20 de octubre. Comiendo con amigos, con el mar de Ulises a nuestros pies y disfrutando de esta tierra púnica que aportó tanto a los ejércitos de Aníbal, como los honderos baleares; porque siempre he sido, allá en mi corazón, muy pro cartaginés.
-¿Le gustaría volver para ofrecer un recital de su poesía?
-Estaría encantado, desde luego. Esta isla ha sido tierra de poetas. Aquí ha vivido muchos años Antonio Colinas; Vicente Valero es un poeta ibicenco muy interesante; y Parcerisas, el gran poeta catalán, de quien he tenido el honor de que tradujera a su lengua dos poemas míos, también está muy ligado a la isla.
-Platón expulsó de la República a los poetas, pero usted ha tenido cargos importantes de gobierno. ¿Cree compatible, pues, una cosa con la otra?
-Platón se equivocó totalmente en desterrar de la República a los poetas. De hecho, él pensaba que la educación griega basada en la lectura de Homero era una educación pervertida. Y es que cada sabio echa un borrón. Ahí Platón no estuvo muy avezado. Yo creo que es perfectamente compatible el ejercicio de funciones públicas y el ejercicio continuado de la poesía.