Satoko Obana es natural de la región de Fukoka, en el sur de Japón. Su relación con Eivissa se remonta a hace 40 años y desde entonces sus visitas a las Isla han sido frecuentes. Su conexión con la Isla continúa ahora gracias a su hija, que estudia forja en la escuela de Artes y oficios.
Por eso, la japonesa decidió organizar una exposición efímera en la galería Via2 de Vila que incluirá cuadros y multitud de kimonos antiguos traídos expresamente a la Isla para esta ocasión. El objetivo del esfuerzo titánico que ha supuesto trasladar hasta aquí todos estos objetos es el de recaudar fondos para paliar el desastre provocado por el terremoto y el tsunami que azotó el norte de Japón el pasado mes de marzo.
Esta exposición, que permanecerá abierta hoy, entre las 18 y las 23 horas, y mañana, de 11 a 14 horas, está compuesta en su mayoría por kimonos. Obana adquirió estas piezas de arte textil japonés en un mercadillo que se organiza en su ciudad un día por semana y en el que pueden adquirirse piezas antiguas que se utilizan en ocasiones especiales como bodas y otras ceremonias. La mayoría destacan por su colorido y algunas incluyen la simbología que identifica a la familia portadora de la prenda. «Los blancos están fabricados en seda e incluyen unos bordados muy vistosos, en dorado. Se utilizaban en las ceremonias de matrimonio y la novia las vestía sobre un vestido blanco», relataba ayer Obana mientras señalaba las filigranas ornamentales de estas piezas.
Sin embargo, el kimono tiene muchos otros usos y algunos de ellos tienen colores vistosos o diseños más sencillos para ser usados en el hogar. «Seguro que la gente que aprecie y conozca la cultura del kimono en Japón disfrutará mucho de esta iniciativa», subrayaba ayer la japonesa.
Los precios de las prendas que se expondrán en la galería de Vila oscilan entre los 10 y los 400 euros y los beneficios se destinarán a Cruz Roja y al gobierno nipón, que gestiona las labores de reconstrucción del país. La exposición estará acompañada por platos de la cocina tradicional japonesa preparados por la propia artífice de esta muestra.
Además, la muestra benéfica incluirá cuadros del esposo de Satoko Obana, que ya ha realizado dos exposiciones en Eivissa. Su obra de gran tamaño que representa una novia tradicional en una ceremonia japonesa es una de las piezas principales de la exposición. «La protagonista del cuadro pertenece al imaginario de mi marido, que ha tenido que regresar a Japón por motivos de salud», explicaba ayer Obana. La novia luce un kimono parecido al que se encuentra colgado justo al lado de este cuadro.
Además, los que estén interesados en adquirir alguna obra de Vicent Calbet también podrán hacerlo durante esta muestra efímera y los fondos se destinarán a esta causa humanitaria. «La relación de la familia Obana con Calbet fue muy estrecha. De hecho, el artista falleció en la casa que poseen en Japón cuando el ibicenco se encontraba allí de viaje», aseguraron fuentes de la galería.
El futuro
Uno de los aspectos que más preocupa a Satoko Obana es el porvenir que afronta a su país natal. «Los turistas han cancelado sus reservas para viajar a Japón por miedo. Sin embargo, la zona del sur que incluye ciudades como Kioto, Tokyo, Fukoka e Hiroshima, están intactas y eso permite conocer otra zona diferente del país y ayudar a toda la población», relataba ayer la japonesa.
El dolor y el agradecimiento
Satoko Obana guarda celosamente multitud de ejemplares de revistas y recortes de periódico que reflejan lo acontecido tras el terremoto y el tsunami que azotaron su país.
Sin embargo, entre ellos muestra con especial orgullo una foto que reprodujo un periódico nipón que muestra el mensaje del pueblo japonés a los pilotos norteamericanos que ayudaron en las labores de reconstrucción tras el desastre. Obana explica con orgullo como los trabajadores que participaron en las labores de limpieza de una carretera que posteriormente se habilitó como pista de aterrizaje construyeron con troncos en el suelo la palabra 'Arigato', que transmite agradecimiento en japonés. «Un piloto norteamericano pudo captar la palabra desde el aire y, una vez en Estados Unidos, la envió al periódico para, a su vez, transmitir su agradecimiento por ese gesto que refleja a la perfección la personalidad del pueblo japonés», aseguraba ayer Obana, visiblemente orgullosa del gesto de sus compatriotas.