El pianista israelí Ilan Rogoff regresa esta noche, a las 21 horas, al Palau de Congressos, de nuevo como invitado de lujo de la asociación Pro Arte. Fue precisamente esta misma asociación la que logró que participara el pasado año en un concierto que conmemoraba el 150 aniversario de la muerte de Chopin. Reconocido, asimismo, por sus interpretaciones de los compositores románticos Schubert y Schumann, Rogoff asegura que no puede encasillarse en un sólo compositor. Dispuesto a romper moldes ha transcrito y adaptado una de las composiciones más célebres del argentino Astor Piazzolla, Nostalgia urbana y sorprenderá con la compleja Sonata en Si Menor de Franz List.
-¿Cómo son las piezas que interpretará esta noche?
-A mí siempre me gustó mucho la música de Piazzolla, pero no lo que han hecho otros colegas míos, algunos de ellos muy prestigiosos, que es tocar sus tangos. Para mí el tango se interpreta de una manera tradicional, con acordeón. Aún así, su música me parece irresistible.
-¿Cuál ha sido su intervención en la obra del compositor?
-Como no había ninguna partitura impresa de Piazzolla para piano y, además, el compositor siempre pensó que su música no es para bailar, sino para escucharla, yo quería cumplir con el gran compositor clásico que era él y reflejar su enorme caudal creativo. Hice las transcripciones de sus propias grabaciones de cuartetos, quintetos, octetos o sinfónicas para que se puedan escuchar en un solo instrumento, que es el piano.
-¿Fue difícil adaptar una melodía polifónica a un solo registro?
-Cuando dos instrumentos distintos tocan un solo registro se diferencian dos timbres distintos. En el piano eso no se puede hacer porque los dos registros suenan igual. Así que he tenido que separarlos en un solo registro o cambiando las dinámicas. Es un trabajo de los más difíciles que he hecho en mi vida pero ha tenido una muy buena acogida entre los compañeros y la audiencia.
-¿Y qué me dice de la pieza de Franz Liszt?
-Para mí es la pieza más importante para piano del siglo XIX y, seguramente, la más importante de Franz Liszt. La obra se llama Sonata en Si Menor pero podría llamarse Fantasía o Poema sinfónico. Si Piazzolla es música de cámara para un sólo instrumento, esto es casi música sinfónica para un sólo instrumento, hecha por un gran compositor del piano. Para mí, esta sonata tiene muchos movimientos ininterrumpidos, lo que la distingue de la sonata clásica de tres o cuatro movimientos. Es una obra de lo más difícil, también para el pianista, en términos de virtuosismo.
-Dicen de ella que es como toda la vida en una sonata...
-Contiene un mundo completo y es algo muy distinto de la pieza de la primera parte. De alguna manera es como un ciclo de la vida y termina como empieza, con un suspiro, un primer latido el último, con todos los acontecimientos que pueden ocurrir en una vida agitada. Por supuesto tiene una pasión tremenda, dramatismo, romanticismo, ternura, tranquilidad, tensión, egoísmo, liricismo y poesía. Es una genialidad inédita hasta el momento. Es un pictograma de la vida sólo comparable a la Fantasía de Schumann.
-Su experiencia le ha llevado a grabar CDs en estudios y a actuar por todo el mundo, ¿qué prefiere?
-Soy de la opinión de que la música sólo existe cuando se cumple el ciclo entre la creación de la obra por parte del compositor, la experiencia del intérprete y su proyección al público, que puede ser de dos o dos mil personas. No hay nada comparable a escuchar una pieza en vivo y en directo.
-Le conocíamos hasta ahora como intérprete de Chopin, ¿siempre será su compositor fetiche o lo tiene un poco aparcado?
-Siempre será uno de mis predilectos. Chopin significó una pequeña revolución en la manera de tratar el piano, que es mi instrumento preferido. Liszt ha llevado ese desarrollo hacia fronteras desconocidas. No me especializo en ningún tipo de música aunque lo que me piden últimamente es repertorio del siglo XIX y de corte clásico de la época romántica.
-Intérprete de violín, organista, director de orquesta, ¿hay algo que se le dé mal en el mundo de la música?
-Soy totalmente incapaz de cantar (risas).