Hay algo en la música de Antònia Font que te obliga a elevar los ojos hacia el firmamento para buscar satélites perdidos o, simplemente, para contemplar las estrellas, esas estrellas que llenan los ojos del protagonista de El far de ses Salines, una de las canciones de su último disco, Lamparetes, grabación que presentaron en Sant Francesc el lunes por la noche para cerrar la jornada de Sant Jaume, las fiestas de Formentera.
Aires Formenterences calentó en ambiente de una plaza llena a rebosar y los fuegos artificiales bañaron al público de luz multicolor, un preámbulo perfecto para el contenido surrealismo que impregna muchos de los temas de un grupo que, desde Mallorca, ha trascendido el ámbito local para convertirse en uno de los referentes a seguir en nuestro país.
Así, poco después de las doce y media de la noche, Joan Miquel Oliver (guitarra), Pau Debon (voz), Pere Debon (batería), Joan Roca (bajo) y Jaume Manresa (teclados) subían al escenario para interpretar íntegramente, y en el mismo orden, las canciones que integran Lamparetes. Escuchado en directo, como pudo hacerse en Formentera, el disco potencia un cierto espíritu conceptual. Los pioneros, los hombres solitarios dispuestos a alcanzar los más diversos objetivos van formando una imagen, un dibujo poliédrico en el que todos esos personajes podrían llegar a ser las diferentes caras de un mismo ser. Y todo ello aderezado por una alquimia musical que integra por igual una flauta dulce que un juguete de goma que un poderoso riff de guitarra. Y todo funciona, pese a algún problema de sonido que impedía poder escuchar con claridad la voz de Pau Debon y, por consiguiente, la personalísima poética de las letras de Oliver.
Desde el escenario, Pau también aprovechó para saludar a Carmen Vidal, la ibicenca que ha dirigido el clip de Clint Eastwood, y a Ekki, responsable de Formentera Guitars, uno de cuyos instrumentos lucía el cantante.
La segunda parte del concierto estuvo dedicado a realizar un repaso a algunos de los temas más conocidos de Antònica Font y ahí el público se soltó. A Rússia, En aquest iglú, Tots els mecanismes o Wah Yeah -con la que cerraron su actuación antes de los bises-, entre otras, fueron coreadas con pasión por los asistentes, que saltaban y bailaban al compás. Los conocedores de Lamparetes notaron la ausencia de Calgary 88 en el repertorio inicial, pero no era un descuido, ya que este tema cerró el concierto, justo después de su apocalíptico Astronauta rimador, todo un clásico a estas alturas.
Precisamente, la letra de Calgary 88 hace referencia a un éxito de los ochenta de Modern Talking titulado Atlantis is Calling (SOS for Love), y precisamente esa fue la canción que sonaba por los altavoces cuando el grupo abandonó el escenario y bajó a la plaza para disfrutar de una merecida cerveza y para charlar con el público antes de darse dos semanas de vacaciones antes de continuar con la gira de Lamparetes.
Un público entregado
La pléyade de fans que Antònia Font tiene en las Pitiüses fue protagonista ayer en varios momentos del concierto, como durante la interpretación de En aquest iglú, durante la que los asistentes se sentaron en el suelo con los brazos en alto agitándolos como si fueran algas -atendiendo a un verso de la canción-, o en Calgary, cuando varios en primera fila sacaron cartelones con la cifra '10' impresa en ellos haciendo referencia a la historia de dos patinadores sobre hielo.