El espíritu del gran Francisco de Goya renació ayer en Centre Cultural S'Alamera, donde a las ocho de la tarde se inauguró la exposición Gravats de Goya: Caprichos y Desastres, que presenta los 80 grabados que componen la colección de los Caprichos y los otros 80 que componen la de los Desastres.
La colección Caprichos y Desastres es propiedad de Obra Social CAM, que lo ha cedido temporalmente de forma gratuita para esta exposición. Por su parte, la Fundación Baleària ha patrocinado el transporte de toda la colección desde Dénia hasta Eivissa, y también el regreso. La exposición estará abierta al público hasta el día 19 de abril.
Los grabados que se exponen en esta muestra surgen después de la grave crisis de salud de Goya, en el año 1783, a consecuencia del cual perdió el oído. El pintor manifestó su deseo de hacer una obra completamente personal, según su propio capricho e invención, por lo que decidió iniciar una serie de experimentos inspirados en la realidad.
En sus grabados, Goya utiliza el aguafuerte, aunque no de forma exclusiva. La técnica consiste en utilizar una aguja con la cual recubre una capa de cera que se encuentra sobre una plancha de cocer a la que, finalmente, se le aboca ácido y que ataca el metal de la plancha al filtrarse por las grietas. Las cavidades de la plancha absorben la tinta que se traspasa al papel. Para crear oscuridad en el grabado se tienen que hacer líneas muy cerca las unas de las otras.
La fama mundial del pintor
Los Caprichos de Francisco de Goya comparten con el Quijote el hecho de ser obras españolas mundialmente reconocidas por su ingenio y fantasía. Los Caprichos son un contrapunto a la pintura cortesana y popular, que había realizado hasta entonces y que sólo refleja una parte de la vida, la mirada de Goya se vuelve más áspera y crítica. Componen la serie 80 grabados que se exhiben en su totalidad en esta exposición organziada por el Consell d'Eivissa.