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Lucas (Pez Mago): «Me gusta volar bajo, pero muy lejos»

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El madrileño Lucas Álvarez de Toledo, Pez Mago, estudió empresariales pero no llegó a ejercer. Trabajó de muchas otras cosas y finalmente se dedica a lo que más le gusta: la música. Comenzó escribiendo para otros intérpretes como Rafael, Sergio Dalma o Malú. Desde hace muchos años que escribe canciones y realiza sus propias giras por el mundo como cantautor. Además, ha escrito dos libros: un poemario y otro en el que habla de sus viajes. El próximo sábado 23 de julio ofrecerá un concierto acústico en Cant Tixedó-Art Café.

—¿Qué significa Lucas Pez Mago?
—Pues es un nombre muy relacionado con las islas. Después de 20 años veraneando debajo de una sabina en la playa de Mitjorn de Formentera con los amigos de siempre, algunos de ellos músicos, y todo el día en el agua, pensé en lo de pez. Allí me encontré con el psociomago Alejandro Jodorowsky, que ha realizado grandes películas y editado libros que le recomiendo a todo el mundo. Él realiza terapias chamánicas para sacudir el inconsciente. Lo de mago es en su honor. Fue en 2006 cuando tuve ese encuentro. Antes era Lucas, pero lo cambié por Pez Mago y a partir de ahí empecé a hacer discos algo más arriesgados. Empecé a hacer cosas que me agradaban más a mí.

—¿Qué recuerda de cuando empezó a venir a Formentera y a Eivissa?
—Recuerdo el puerto de Eivissa, a unos amigos que tenían una casa en lo alto de un campo, un velero con el que navegábamos o Formentera. Los tambores, mi guitarra, Punta Galera y días de buceo.

—¿Qué cambios destacaría de los que se han producido en todos estos años?
—Muchos. Ahora está todo más organizado. Hay más de todo. Pero intento no comparar para poder disfrutar del momento.

—¿Por qué estudió empresariales?
—Bueno, yo estudié algo que no me gustaba nada como le ha pasado a mucha gente (risas) y luego trabajé de cosas que no tenían nada que ver con lo que estudié como fotógrafo, traductor, intérprete o azafato de vuelos. Siempre compaginándolo con la música.
—¿En qué momento llegó la música a su vida?
—A los 13 o 14 años y a los 18 ya de modo casi obsesivo. Compatibilizaba la música y los conciertos con mi formación. A partir del año 2000 fue cuando empecé a dedicarme a la música a nivel profesional. Primero componiendo canciones para otros intérpretes, luego comencé con mis propias giras por el mundo.

—¿Y la poesía?
—A los 18 comencé a escribir mis primeros poemas.

—¿De qué le gusta hablar en sus poemas?
—Mi poemario se llama Esto antes tenía música y está dividido en cuatro partes en las que relaciono un estilo musical con una temática. En Boleros hablo de amor, en Folk hay poemas de temática facial, en la parte de los Tangos trato el desamor y las Jotas están reservadas para el humor.

—¿Por qué un libro de viajes?
—Es uno de mis temas preferidos. Siempre le hablaba a mis amigos de mis experiencias por el mundo, de mis viajes y finalmente decidí escribirlo todo. También para tenerlo yo todo reunido.

—¿Qué necesita para escribir una canción?
—Pues cada vez cuesta más. Con el paso de los años el amor y el desamor calan de manera distinta. Con lo que hay que realizar un esfuerzo mayor de concentración y abstracción a la hora de escribir. Ahora con los móviles y la comunicación instantánea es difícil aislarse para sentir y crear. Por eso hacemos retiros de composición. Nos juntamos varios autores cerca de la playa, apagamos los móviles y nos ponemos a escribir. Funciona.

—¿Cómo es ‘Partitura de un silencio'?
—Es el nombre de mi nuevo disco. Lo presentaré el 7 de octurre en la sala Galileo de Madrid. Son diez canciones con un cuarteto de cuerda y un piano. En esta ocasión he querido atender a la temática melancólica que otras veces he preferido obviar.

—¿Cómo es su vida como músico?
—Hay otras formas de ser músico que no pasan por ser famoso o participar en un programa de máxima audiencia de televisión. A mí lo que me gusta es viajar y tocar. Si vas a un sitio a tocar y tienes la suerte de que al año siguiente te vuelvan a invitar, vas creando un caldo de cultivo. A mí me gusta volar bajo pero lejos.

—Es el segundo concierto en Eivissa, ¿cómo surgió la idea?
—Me lo propuso Adrián Rodríguez, organizador de varios eventos. Pensamos en una actuación en la que mezcláramos música y poesía y del mismo modo yo podría unir vacaciones y conciertos. Una idea que me tiene entusiasmado.

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