Científicos han determinado la causa de muerte del compositor polaco Frédéric Chopin, ampliamente disputada, gracias al análisis de su corazón, que se conserva en un frasco bañado en coñac en una iglesia de Polonia. El célebre pianista murió en 1849 a la temprana edad de 39 años, víctima de una pericarditis, una complicación rara de la tuberculosis crónica, según informa el diario The Guardian.
Este diagnóstico, publicado recientemente en el American Journal of Medicine, es la última y más convincente incursión en la prolongada disputa sobre la probable causa del lento declive y posterior muerte del artista.
Así, desde su muerte, se han barajado como causa de su debilitamiento y muerte enfermedades hereditarias como la fibrosis quística; una deficiencia genética de alfa-1-antitripsina; o el estrechamiento de las válvulas cardíacas (estenosis mitral).
El gran compositor y pianista polaco tenía un miedo atroz a un entierro prematuro, por lo que su deseo era que le extrajeran el corazón cuando muriera. Este órgano fue almacenado en un recipiente bañado en coñac, que se encuentra enterrado en la cripta de la iglesia de la Santa Cruz, en Varsovia (Polonia). El resto de sus restos se encuentran en el cementerio Père Lachaise de París -ciudad donde murió-, donde también descansan los de Marcel Proust, Oscar Wilde y Jim Morrison, entre otros célebres artistas.
Según The Guardian, el líder del equipo de científicos, el profesor Michael Witt, de la Academia de Ciencias de Polonia, explicó a The Observer que ni siquiera hizo falta abrir el frasco para poder examinar el órgano. Los expertos notaron que el corazón estaba cubierto con una fina capa de materiales fibrosos blancos y, además, eran visibles pequeñas lesiones, lo que para los científicos eran síntomas reveladores de complicaciones graves de la tuberculosis, es decir, de pericarditis.
«Desde el estado del corazón podemos decir, con gran probabilidad, que Chopin sufría de tuberculosis, mientras que la pericarditis por complicaciones fue probablemente la causa inmediata de su muerte», asegura Michael Witt, que apunta que el corazón «está perfectamente sellado en el frasco».
En cualquier caso, Witt advierte de que algunas personas todavía quieren abrir el recipiente con el objetivo de tomar muestras de tejido y así hacer pruebas de ADN para respaldar sus ideas de que Chopin tenía algún tipo de condición genética. «Eso sería absolutamente incorrecto -opina-. Podría destruir el corazón y, en cualquier caso, estoy bastante seguro de que ahora sabemos qué mató a Chopin».
Corazon en manos de los nazis
Este nuevo estudio es el último capítulo en la extraña historia sobre el fallecimiento de Chopin. En primer lugar, porque la causa de su muerte fue un misterio, pero también por los hechos que tuvieron lugar relacionados con su corazón.
Poco después de su muerte, su hermana Ludwika introdujo de contrabando el órgano en Polonia -Chopin murió en París-, consiguiendo que se quedara en la iglesia de la Santa Cruz, en Varsovia.
Pero durante el levantamiento de esta ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, un alto cargo de las SS nazi y admirador del pianista se hizo con el órgano, por lo que el corazón se mantuvo en el cuartel general de este alto mando alemán. Una vez finalizada la contienda, el corazón fue devuelto a la iglesia polaca, donde se conserva hasta la actualidad.