Hoy hablaremos de la diferencia entre el uso personal y profesional de las redes sociales. ¿Y por qué? Porque muchas veces confundimos nuestro saber hacer y nuestros años dados de alta en una red con lo que nuestra empresa necesita.
A nivel personal, uno decide si tener o no tener redes sociales. Las redes no dejan de ser herramientas que nos tienen que servir para “algo”: informarnos, conocer gente, mantener el contacto con personas que está lejos, interactuar con hashtags, o simplemente porque te apetece.
También es muy correcto no querer estar. Eso sí, como mínimo, tendríamos que tener los conocimientos básicos para tomar esa decisión. Los motivos son varios: tus hijos van a usar las redes sociales y la solución no es prohibir su uso sino supervisarlo. Si tienes una empresa, ¿cómo vas a saber cómo dirigirte a tus clientes? Sería como hacer cuñas sin haber escuchado nunca la radio. En los procesos de recursos humanos las redes cada vez cobran más peso... Lo que sí tendríamos que hacer como mínimo, aunque no las usemos, es conocer los canales y bloquear nuestro nombre (darte de alta), así otros no suplirán nuestra identidad digital.
Por otro lado, pongamos que a nivel usuario somos muy activos y vamos a lanzar las redes profesionales para nuestro negocio. Tenemos que tener claro que la presencia como empresa será diferente y deberemos tener mayores conocimientos.
Cuando una empresa está en las redes sociales tiene que tener a personal cualificado, realizar una planificación estratégica en base a contenidos, canales, objetivos, presupuesto, etc. , y lo que es más importante es que aprendamos a estar al día ya que las reglas del juego cambian a diario.
Os animo a realizar esta reflexión porque aunque Facebook lleve 12 años o Twitter esté a punto de cumplir 10, todavía es muy común ver malas praxis en los canales del social media, debido en la mayoría de ocasiones al desconocimiento.