El puerto deportivo Marina Botafoch se encuentra inmerso en un periodo de cierta incertidumbre ya que el año que viene está previsto que se acabe el plazo de concesión y gestión de los actuales propietarios. El ingeniero ibicenco Pepe Roselló está al frente de esta marina deportiva, una de las más conocidas a nivel internacional que cuenta en la actualidad con 429 amarres y cerca de medio centenar de locales comerciales. Los actuales gestores de Marina Botafoch quieren que la Autoritat Portuària (APB) prorrogue la concesión administrativa para “garantizar la continuidad futura de estas instalaciones por y para Eivissa”. “La ampliación de plazo de la concesión es el procedimiento administrativo que nos permite definir entre todos el mejor proyecto de puerto para Eivissa. Se trata de un procedimiento administrativo reglado que, a partir de una valoración independiente de las instalaciones, habilita a la empresa gestora y a la administración para negociar el mejor proyecto primando el interés general. Un interés que debemos analizar y aplicar en su sentido más amplio y que, en nuestro caso, es muy coincidente con el interés de los futuros usuarios del puerto”, destaca Roselló, quien añade que este procedimiento “ha resultado exitoso en todas las marinas y puertos deportivos de Balears dependientes del Govern y de Puertos del Estado”.
Por esta razón, Roselló y su equipo aseguran que no entienden “por qué no quiere hacerse este mismo planteamiento social y solidario con Marina Botafoch”. En este sentido, afirman que la APB todavía no les ha dado “la oportunidad de negociar y consensuar lo que debe ser la mejor propuesta de reforma para el puerto. Confiamos en que ese momento llegará pronto. Ahora es el momento de tender la mano para aunar esfuerzos, de elevar la mirada y de conseguir la mejor marina para todos. Los aficionados al mar y aquellos, ya sean de dentro o de fuera, que disfrutan de las instalaciones de Marina Botafoch nos lo están pidiendo y, sin duda, las generaciones futuras nos lo agradecerán”.
Roselló, además, señala que el gestor portuario de Balears esgrime como argumentos para denegarles la prórroga “razones de interés público y que nuestro proyecto no es social. Estos argumentos carecen, a nuestro criterio, de sustancia y, además, están faltos de motivación. La apuesta por la prórroga y la ampliación del plazo de concesión es la más social porque es la que da la mejor garantía de continuidad a los amarristas y usuarios de la Marina, además de a los cerca de 500 empleados que todos los días damos vida al puerto”. Roselló recuerda que el accionariado que conforma esta marina deportiva son empresas familiares de Balears “que gestionan con éxito otros puertos en Formentera, Palma de Mallorca, Barcelona y Valencia. Es el caso de Puerto Portals, calificado como mejor puerto deportivo de España el año pasado”. Un accionariado que cuenta con una “dilatada experiencia y trayectoria en la gestión de puertos y con una manera de hacer responsable y sensible hacia las necesidades de nuestras islas. Queremos hacer de Marina Botafoch un ejemplo de buenas prácticas, lo que hoy se llama una ‘gestión sostenible', donde primen valores como la transparencia, la responsabilidad social, la mejora continua del servicio al cliente o la preocupación por el entorno”.
LA PROPUESTA
El proyecto que defienden los actuales gestores de Marina Botafoch incluye una marina seca para albergar 124 nuevas embarcaciones de pequeña eslora (de seis a nueve metros), lo cual no quiere decir, según reconoce Roselló, que el “aficionado propietario de una pequeña eslora que lo desee no pueda ocupar un espacio de agua. Esta solución, desafortunadamente, es más cara”. Según destaca, la propuesta de la marina seca es una “solución limpia y ecológica porque no consume espejo de agua y porque facilita el acceso al mar a precios más económicos. Los usuarios están encantados con esta solución y, en este sentido, es una opción que está siendo promovida por Ports IB del Govern”. Añade, además, que la resolución del espejo de aguas para la asignación de esloras es adaptable a la demanda y necesidades de los aficionados y que, por lo tanto, todas las esloras tienen su espacio.
Este proyecto de los actuales gestores de esta marina deportiva de Eivissa incluye también un “esponjamiento” de la zona comercial. “Hemos de hacer un nuevo urbanismo y una arquitectura renovada, para lo que buscaremos el sentir de todos”, explica el director de Marina Botafoch, quien añade que quienes trabajan “día a día en sus negocios pueden tener la confianza de que continuarán haciéndolo”. Roselló asume que las instalaciones “necesitan ser revitalizadas y modernizadas. No planteamos crecimientos ni mayores ocupaciones, ya sea en tierra o en el mar, salvo en actuaciones muy puntuales que nosotros en su momento apreciamos como mejoras justificadas y que deben contar con el beneplácito de las administraciones”. Así, Roselló defiende que apuestan “por la mejora de la calidad del servicio que ofrecemos y por una marina más ecológica y respetuosa con el medio”. “Queremos una marina que satisfaga a todos. Queremos dibujar juntos el mejor proyecto, recogiendo, asumiendo e incorporando las apreciaciones del Ajuntament d'Eivissa y del Consell d'Eivissa en cuanto a aspectos urbanísticos, de edificación y arquitectura. Con APB tenemos que concretar, además de lo anterior, las necesidades portuarias y darles forma para que el puerto reporte las mejores prestaciones”. El director de Marina Botafoch defiende el carácter social de su proyecto en un puerto como el de Eivissa, donde “se pueden encontrar ejemplos de marinas ‘inaccesibles', escasamente ocupadas o vacías durante largos periodos del año porque no hay quien pueda pagar los costes de un amarre. Estas marinas deben ser útiles para los ibicencos y para los residentes en general, incluso para quienes regularmente visitan Eivissa y realmente no lo son porque son prohibitivas”. Esto se debe, según cuenta Roselló, a que han sido resultado de “concursos públicos” y señala que no “podemos volver a cometer este error cuando tenemos un camino claro y definido para evitarlo y que viene fundamentado y reglado en la legislación vigente de Puertos”. Los gestores de Marina Botafoch son conscientes de que APB “será exigente en cuanto a las inversiones a realizar en el puerto y en la renta anual a abonar, lo que definirá la tarifa regulada a abonar por los usuarios. Pero nuestro propósito, y creo que el de todas las partes, debe ser contener estas tarifas”.
Además de promocionar la náutica social, en esta marina deportiva se programan diferentes actividades para implicar a la sociedad ibicenca, como la próxima pasarela de moda Adlib Ibiza que se celebrará en las instalaciones en junio y que supondrá una cifra aproximada de 1.200 personas invitadas cada día. El próximo puente festivo de mayo se celebrarán, además, las segundas jornadas gastronómicas de cocina y productos ibicencos. “Un evento muy apreciado tanto por los chefs participantes como por los mejores restauradores de nuestra cocina y público visitante”, explica Roselló. También destaca la organización este mes de la segunda edición de la Regata de Barcos Clásicos White Island.