Susto en el Vaticano. Una mujer que ha sido identificada como Susanna Maiolo de 25 años y de nacionalidad italo-suiza se abalanzó durante la tradicional Misa del Gallo sobre el papa Benedicto XVI provocándole una caída al suelo. La mujer que padece problemas mentales ya intentó saltar la valla y zarandear al Pontífice el año pasado durante la misma ceremonia, según han informado fuentes del Vaticano.
Benedicto XVI está «bien» y pronunció ayer el Mensaje de Navidad, en el que ha impartido la bendición urbi et orbi. Maiolo ha sido ingresada en un centro médico debido a que sufre problemas psíquicos. En el incidente también cayó al suelo el cardenal francés Roger Etchegaray, de 87 años, que formaba parte de la procesión, y que tuvo que ser hospitalizado.
El papa Benedicto XVI cayó al suelo tras recibir un empujón cuando la mujer intentó saltar una valla del interior de la Basílica de San Pedro, donde se celebraba la Misa del Gallo, para saludarle. El Pontífice, que se levantó inmediatamente, no resultó herido y fue conducido por sus ayudantes hasta el altar para continuar oficiando la ceremonia, que este año comenzó dos horas antes para evitar que el Papa se fatigase. El incidente se produjo cuando el obispo de Roma recorría el pasillo central del templo, al principio del tradicional rito, presidiendo la procesión de cardenales y otros religiosos que se dirigían hacia el altar mayor.
El Pontifice cayó al suelo, se levantó inmediatamente socorrido por agentes de la seguridad vaticana y pudo oficiar con normalidad la Misa del Gallo. No le ocurrió lo mismo al cardenal Roger Etchegaray, quien al caer junto al Papa al suelo se ha roto la cabeza del fémur y está ingresado en el Policlinico Gemelli. El cardenal deberá ser sometido a una operación en los próximos días.
El Vaticano aseguró ayer en un comunicado que la mujer, Susanna Maiolo, de 25 años y nacionalidad italo-suiza, está «desequilibrada» y tenía problemas psicológicos pero no estaba armada. Pese a la intervención de la seguridad, la mujer consiguió llegar hasta el Santo Padre y agarrar el palio, haciendo que éste perdiera el equilibrio y que cayera a tierra.