En medio de dos guerras aún sin resolver, las de Irak y Afganistán, Estados Unidos ha abierto en Yemen un nuevo frente en su lucha contra el terrorismo, afirma en su edición del lunes The New York Times.
El presidente Barack Obama se había dirigido a los estadounidenses para asegurarles que utilizará todos los elementos a su alcance para derrotar la violencia extremista, después del atentado fallido ocurrido el 25 de diciembre en un avión procedente de Amsterdam y con destino Detroit.
«Continuaremos usando todas los elementos a nuestro alcance para desorganizar, desmantelar y derrotar a los extremistas violentos que nos amenazan, ya sea desde Afganistán, Pakistán, Yemen o Somalia, o desde cualquier sitio donde estén planeando ataques contra Estados Unidos», dijo Obama en la intervención televisada.
El nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab, autor del atentado, aseguró que había sido formado por Al Qaeda en Yemen y que en este país recogió el explosivo que luego intentó detonar dentro del avión.
Agentes de la CIA viajaron hace ya un año a Yemen, según ex funcionarios de la agencia citados por el rotativo. Además, comandos especiales iniciaron la formación de las fuerzas de seguridad yemeníes en tácticas antiterroristas.
Dos de los cuatro líderes de Al Qaeda que supuestamente están detrás del atentado fallido, Muhamad Attik al Harbi y Said Ali Shari, fueron liberados de la prisión de Guantánamo en noviembre de 2007, según informó el lunes la televisión estadounidense ABC.