El primer ministro japonés, Yukio Hatoyama, anunció hoy su dimisión después de apenas ocho meses en el cargo, presionado por la caída en picado de su popularidad tras su decisión de mantener en Okinawa una polémica base militar de Estados Unidos.
En un discurso ante los miembros de su partido televisado, Hatoyama afirmó que se ve obligado a renunciar por la controversia creada por la base militar de Futenma, que ha dominado durante meses el debate político en Japón, así como por varios escándalos financieros que han salpicado su corto mandato.
Hatoyama será sustituido por quien ahora sea elegido nuevo presidente del Partido Democrático (PD), a quien después votará el Parlamento, posiblemente el próximo lunes.
El todavía jefe de Gobierno llegó al poder a mediados de septiembre, tras arrasar en unas elecciones que acabaron con más de medio siglo de poder del Partido Liberal Demócrata (PLD), ahora en la oposición.
Al borde de las lágrimas, Hatoyama reconoció hoy que su política ha sido «difícil de entender» para la población japonesa.
Así, justificó de nuevo el mantenimiento de la controvertida base militar de Futenma en Okinawa por la necesidad de garantizar la seguridad en la región y aseguró que su intención ha sido llevar a cabo una política «limpia» en su país.
En este sentido, insistió en que «la relación con Estados Unidos es muy importante» pues es «la base de la paz» en el Este de Asia.
También consideró que sus meses de Gobierno han supuesto «un cambio en la historia política de Japón».
La popularidad de Hatoyama, que en septiembre rondaba el 70 por ciento, se situaba esta semana en apenas el 17 por ciento, lo que llevó a que en su propio partido surgieran voces que pedían su dimisión, sobre todo con vistas a las elecciones parciales al Senado del próximo julio.
El partido gobernante teme que una derrota en esos comicios deje la Cámara Alta en manos de la oposición, lo que en la práctica supondría el bloqueo de sus iniciativas legislativas.
Está previsto que el nuevo Gabinete se forme posiblemente el lunes, después de la dimisión de la plana ejecutiva del gobernante PD para dar paso a la elección de su nuevo presidente, que será el sucesor de Hatoyama.
Los analistas apuntan a que a priori el nuevo primer ministro podría ser el actual viceprimer ministro y titular de Finanzas, Naoto Kan, de 63 años.
El candidato del PD deberá ser designado primer ministro en votación parlamentaria, algo que tiene asegurado, pues el partido gobernante tiene mayoría absoluta en la Cámara Baja.
Entre los que abandonarán la directiva del PD se encuentra su secretario general, Ichiro Ozawa, conocido como «el shogun en la sombra» y considerado el hombre más poderoso del partido.
Escándalo
El propio primer ministro pidió hoy durante su discurso la dimisión de Ozawa «para establecer un Partido Democrático nuevo y más limpio».
De 68 años y artífice de la última victoria electoral del PD, Ozawa se ha visto salpicado en los últimos meses por un escándalo financiero, igual que el propio primer ministro.
«Lamento no haber podido cumplir mi deber de respaldar al primer ministro», indicó Ozawa, que aseguró que el liderazgo del PD se decidirá pronto para evitar «un vacío político».
También el portavoz del Gobierno, Hirofumi Hirano, tachó la dimisión del primer ministro de «muy decepcionante» y asumió su «responsabilidad» por haber fracasado a la hora de respaldarle.
Para el titular de Defensa, Toshimi Kitazawa, la dimisión del Hatoyama merece ser respetada y su sucesor deber ser alguien que tenga «carisma con la población».
La salida del primer ministro, que como sus tres antecesores ha durado menos de un año en el cargo, se produce después de que este domingo el socialista PSD, uno de los dos socios minoritarios del Gobierno, anunciara su salida de la coalición.
El motivo fue su oposición a la permanencia de la base de EEUU en Okinawa, algo que dos días antes le había costado el puesto a la ministra de Consumo y líder de ese partido, Mizuho Fukushima, cesada por Hatoyama al negarse a firmar el acuerdo sobre Futenma. EFE