El preso Ronnie Lee Gardner fue ejecutado ayer en Estados Unidos ante un pelotón de fusilamiento, un método que eligió el propio reo y que no se había utilizado desde 1996 en el país, informaron las autoridades penitenciarias.
Gardner, de 49 años y condenado por asesinato, fue fusilado en la prisión estatal de Utah, en las afueras de Salt Lake City, a las 00.20 hora local (06.20 GMT), según el Departamento de Correccionales del estado.
Se trata del primer fusilamiento que tiene lugar en EEUU en los últimos 14 años y el tercero en los últimos 33 años.
Víctima de abusos y adicto
Gardner había sido condenado por el asesinato del abogado Michael Burdell en 1985, cuando intentó escapar durante una audiencia judicial en la que se le acusaba de robo y de otro homicidio.
En las horas previas a la ejecución, tanto el Tribunal Supremo de EEUU como varias cortes de apelación e incluso el gobernador del estado de Utah, Gary Herbert, negaron el perdón a Gardner.
Sus abogados habían basado sus solicitudes de clemencia o aplazamiento de la ejecución en los problemas sufridos por Gardner durante su juventud, cuando fue víctima de abusos y de su adicción a las drogas, según dijeron.
También afirmaron que su cliente fue tratado injustamente durante el juicio en 1985 porque carecía de fondos para pagarse una defensa legal competente.
Andres Parnes, su abogado en la etapa final del proceso, señaló que tras 25 años en el corredor de la muerte, la ejecución de su cliente era un castigo cruel y que era mejor que purgara sus crímenes de por vida en la cárcel.
La ejecución por fusilamiento fue eliminada de la ley de este estado del noroeste del país en 2004, pero Gardner pudo elegir ese método al haber sido había sido sentenciado a muerte en 1985.
Repercusión mediática
Al decidir la forma de morir, Gardner, de 49 años, no tuvo la intención de causar un drama o una controversia, según Parnes. «Gardner lo eligió porque creía que era más humano. No fue una cuestión de publicidad. Solamente lo prefería», señaló el abogado.
Su fusilamiento es el tercero en la historia de EEUU desde que el Tribunal Supremo volvió a instaurar la pena capital en 1976.
Los dos anteriores fueron también en Utah, el único estado que mantuvo como legal esta elección entre inyección letal y disparos hasta 2004, cuando eliminó la ley por las críticas y por las expectaciones y publicidad que genera este tipo de ejecución.
Los otros dos fusilados en Utah fueron Gary Gilmore, el 17 de enero de 1977 y John Albert Taylor, el 26 de enero de 1996.
Taylor, el último ejecutado por disparos, decidió morir de esta forma para avergonzar a las autoridades.
Estados Unidos vuelve a fusilar a un preso 14 años después
Efe | Washington |