El líder libio, Muamar el Gadafi, amenazó con atacar barcos y aviones civiles en el Mediterráneo si se produce «cualquier acto militar» contra Libia como los que podría autorizar el Consejo de Seguridad de la ONU, al tiempo que anunció un gran ataque anoche contra Bengasi si la ciudad no se rinde.
En un día cargado de amenazas por parte del régimen libio mientras el Consejo de Seguridad negocia el establecimiento de una zona de exclusión aérea en el país, Gadafi anunció también, sin embargo, un alto el fuego de sus fuerzas a partir de la noche de mañana sábado para «permitir la rendición» de los rebeldes.
Ese parece ser el plazo que se había dado el régimen libio para acabar con los rebeldes, pese a que en un discurso de audio emitido por la televisión estatal el coronel insistió en que ayer noche sus tropas llegarán a Bengasi y «no tendrán compasión» con quien no se rinda.
«Grandes bombardeos»
El líder libio amenazó con «grandes bombardeos» en Bengasi a partir de ayer noche si la ciudad no capitula y advirtió de que no «habrá misericordia con los traidores».
«Estas son las últimas horas de esta tragedia», recalcó y advirtió de que sus tropas «entrarán casa por casa» en la ciudad y que los habitantes de aquellas en las que encuentren armas «serán considerados enemigos»
Gadafi llegó a comparar su pretendida entrada en Bengasi esta noche con la del general Francisco Franco en Madrid durante la guerra civil española.
«Vosotros sois la quinta columna en la ciudad», afirmó dirigiéndose a los habitantes del bastión rebelde en el este del país, a los que considera sus hipotéticos partidarios, y dijo que se apoyará en ellos para «liberar» la urbe de «los traidores y los perros».
Poco antes, el comité general de defensa libio, equivalente al Ministerio de Defensa, advirtió de que «cualquier acto militar» contra Libia «pondrá en peligro las actividades aéreas y marítimas en el Mediterráneo», según un comunicado.
Los barcos o aviones que crucen este mar, «sean civiles o militares, serán objeto de ataque defensivo», amenazó el régimen y «toda la cuenca del Mediterráneo estará expuesta a un grave peligro no sólo a corto plazo sino también a largo».