El Ministerio de Educación griego va a repartir entre los alumnos cupones para almuerzos gratuitos, ante los crecientes casos de desnutrición en algunos colegios, especialmente en los barrios más golpeados por la crisis económica y el desempleo, según informó ayer la agencia pública AMNA.
El primer paso de ese plan, que comenzará la próxima semana, será el reparto de estos cupones en 18 escuelas de barrios populares en la región de Ática.
Con posterioridad, se dará asistencia directa a las familias cuya situación económica sea más grave, explicó la viceministra de Educación, Evi Jristofilopulu.
Los vales pueden ser canjeados por leche, galletas, cereales, fruta o bocadillos en las escuelas y el proyecto se financiará con la colaboración de la Iglesia, los Ayuntamientos y empresas privadas, ya que el presupuesto de Educación ha sido reducido un 60 % este año.
Casos dramáticos
«Hay casos de alumnos de familias pobres que pasan todo el día en la escuela sin comer nada. Desde el principio del año escolar fueron mencionados cuatro casos de desmayos (por hambre)», declaró el secretario general de la Federación de Profesores de Enseñanza Secundaria (OLME), Zemis Kotsifakis, en una entrevista en diciembre.
Entonces, los medios griegos ya comenzaron a hablar de un programa ministerial de reparto de volantes de alimentos para los estudiantes, algo que la ministra de Educación, Ana Diamantopulu, desmintió categóricamente.
En medio de esta dramática situación que se ve agravada día a día, el ministro de Finanzas y viceprimer ministro griego, Evangelos Venizelos, insinuó ayer que la quita de la deuda en manos privadas (206.000 millones de euros) puede superar el 70%, superior al 50% pactado en la cumbre europea del pasado octubre.
«Hay una seria discusión basada en nuevos hechos. Hablamos de una PSI (las siglas por las que se conoce el plan de quita) mucho mayor que la original», afirmó Venizelos y añadió que los inversores deberán asumir «pérdidas mayores del 70% del valor presente neto» de sus bonos.