Irán impuso ayer nuevas condiciones para la compraventa de petróleo a los países europeos, entre ellos España, en una decisión que creó gran confusión política y aumento de los precios del crudo en el mercado internacional.
El desconcierto cundió después de que a primera hora de la mañana la televisión persa en inglés «PressTV» asegurara que el ministerio iraní de Asuntos Exteriores había convocado a los embajadores de la Unión Europea acreditados en Teherán para comunicarles la suspensión de la venta de crudo.
Minutos después, la televisión oficial en lengua persa IRIB precisó la información y aseveró que la reunión tenía como objetivo informar a los diplomáticos de que «Irán va a reconsiderar si sigue vendiéndoles petróleo»
Al término de la misma, el embajador de España en Irán, Pedro Villena, aclaró que la cita versó sobre las sanciones impuestas por los Veintisiete a Teherán, entre ellas el embargo petrolero, pero que en ningún momento se les comunicó la interrupción de las exportaciones de crudo.
Aunque aún no han trascendido de forma oficial cuáles son esos nuevos requisitos, parece que el régimen de los ayatolá quiere garantizarse el cobro por adelantado del crudo antes de exportarlo a los países europeos.
La medida afecta de forma particular a Grecia, España e Italia, que compran a Irán entre un 13% y un 14% de sus necesidades petroleras, y en menor medida a estados como Francia (un 4%), Alemania y el Reino Unido, con menos del 1%.