A ocho días de las elecciones y con los candidatos empatados según las encuestas, el huracán Sandy forzó ayer al presidente de EEUU, Barack Obama, y a su contrincante, Mitt Romney, a cancelar sus actos de campaña en un momento crítico para el resultado.
«No estoy preocupado por el impacto del huracán en las elecciones. Estoy preocupado por el impacto en la gente de la trayectoria de la tormenta», dijo Obama. «La prioridad número uno ahora es la seguridad, la elección se ocupará de sí misma durante la semana».
Momento crítico
Sin embargo, a nadie se le escapa que este momento de la campaña es crítico para ambos y que el que más tiene que perder es Obama, ya que en última instancia él es el máximo responsable de la respuesta federal que se ofrezca ante la llegada de Sandy .
Obama voló el domingo de Washington a Florida para participar en un acto de campaña junto al expresidente Bill Clinton, pero decidió regresar a la capital estadounidense para coordinar desde allí la preparación y respuesta.
También preocupa que la tormenta frene las votaciones anticipadas que permiten algunos estados. De hecho, en Carolina del Norte y Maryland se suspendió por el momento esta opción, que por lo general tiende a beneficiar a los demócratas.
Por su parte, el candidato republicano trató de mantener parte de su agenda de campaña y acudió ayer a Ohio, un estado que este año se perfila como clave en el resultado de lo que por el momento es una de las elecciones más ajustadas de la historia reciente de este país.
Sin embargo, luego se vio forzado a cancelar todos sus actos de campaña para ayer y hoy. Se calcula que en total cerca de una veintena de eventos de ambos partidos se han tenido que cancelar a causa de la irrupción de Sandy .