El Gobierno portugués propuso ayer en el Parlamento una «ambiciosa» reforma del Estado para hacerlo viable ante la imposibilidad de hacer más recortes presupuestarios tras varios años de austeridad impuesta por el rescate financiero.
El primer ministro luso, el conservador Pedro Passos Coelho, subrayó en la Asamblea Legislativa que la reducción del gasto con la actual dimensión del sector público «está muy cerca de su límite con los recortes realizados en 2011 y 2012 y los previstos para 2013».
Passos Coelho destacó la necesidad de contar con un amplio consenso para acometer esta reforma, de la que no dio más detalles durante su intervención, y reclamó el apoyo del principal grupo de la oposición, el socialista, así como de sindicatos y empresarios.
Cambios urgentes
El primer ministro incidió en que los cambios en el Estado son «urgentes» y admitió que no estaban previstos en el memorando de entendimiento firmado en mayo del año pasado con la UE y el FMI y que recoge las condiciones del rescate financiero a Portugal. Según Passos Coelho, la reforma estatal obligaría a una «refundación» del acuerdo alcanzado con ambos organismos y permitirá «cumplir los grandes objetivos de estabilización financiera» del país y «asegurar el mantenimiento del Estado social».
La mayoría absoluta de la coalición de centroderecha en el poder hace prever que el proyecto de presupuestos sea fácilmente aprobado, aunque se han alzado muchas voces críticas contra las duras medidas de austeridad que contiene en los dos partidos aliados. La oposición portuguesa reaccionó con recelo y críticas a la propuesta del Gobierno, y advirtió que no aceptará más recortes sociales.