Tras meses de infructuosos contactos, el movimiento islamista Hamás, que gobierna en Gaza, y el partido nacionalista palestino Al Fatah presentaron ayer un acuerdo de reconciliación que incluye la convocatoria de elecciones en enero y la formación, antes del 1 de julio, de un gobierno de unidad.
La novedad del anuncio reside en el hecho de que establece fechas aproximadas para unas condiciones que ya fueron aceptadas por ambas partes en los pactos de Doha de 2012.
La primera, la formación de un gobierno de unidad nacional, presumiblemente bajo liderazgo de Al Fatah, en un plazo de cinco semanas, y la segunda la celebración de elecciones seis meses después de que este comience a ejercer.
Elecciones
Si los plazos establecidos se respetan, ese gabinete de transición estaría listo la primera semana de junio y los comicios se podrían convocar, como muy pronto, en enero de 2015.
Sin embargo, Israel interpretó el acuerdo para la reconciliación palestina como el fin del proceso de paz abierto con la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y canceló la reunión que tenían previsto celebrar anoche los negociadores con sus colegas palestinos a seis días de que expire el plazo de negociación.
A falta de un anuncio oficial, las palabras del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, suenan a sentencia de muerte para un proceso que arrancó el pasado verano con reticencias por ambas partes y que ahora se hallaba al borde del colapso.
«Dije que Abu Mazen (Mahmud Abás) debía elegir entre la paz con Israel o el acuerdo con Hamás, una organización terrorista asesina que exhorta a la destrucción de Israel», afirmó.