El responsable palestino para Asuntos de las Colonias y el Muro, Ziad Abu Ein, con rango de ministro, murió este miércoles en una carga de las fuerzas israelíes cuando plantaba olivos en una tierras confiscadas para ampliar una colonia judía en la Cisjordania ocupada.
«El ministro llevaba un olivo en una mano y la bandera palestina en la otra, como muchos de los participantes. Quería proteger unas tierras que Israel ha decidido robar», explicó Ahmad, uno de los propietarios de esos terrenos, en las calles desiertas del Turmosaia, donde todos los comercios han cerrado como muestra de respeto al fallecido.
A primera hora de la mañana, un centenar de activistas y vecinos acompañaban a la Comisión de Asuntos de las colonias y el muro del Apartheid, liderada por Abu Ein, en esta localidad del norte de Ramala.
Su objetivo era «proteger» y «reclamar» la propiedad palestina de las tierras tras su confiscación por colonos residentes en Adei Ad, un asentamiento ilegal en construcción, dijo Abdala Abu Rahmeh, miembro de los Comités de Resistencia Popular de Cisjordania, que apoyaban el acto.
Horas después, sólo el ruido de los disparos de gas lacrimógeno del Ejército israelí contra menos de una decena de adolescentes que protestaban mientras lanzaban piedras en la principal entrada del pueblo rompía el silencio impuesto en el lugar por un suceso recibido con desconcierto por los palestinos.
«Le han matado a propósito. Desde que fue nombrado cabeza de la comisión ha estado en su punto de mira porque era alguien que quería defendernos. Le han matado por nada y luego a nosotros nos llaman terroristas, cuando ellos lo son», prosiguió Ahmad.
De acuerdo con su testimonio y el de otros testigos, entre los que se encontraba una activista española, los hechos sucedieron cuando Abu Ein trató de dialogar con algunos efectivos del Ejército israelí que esperaban a la comitiva.
«No se produjo ningún enfrentamiento con el Ejército. Él se bajó de un vehículo para que nos dejaran avanzar y fue golpeado violentamente por un soldado, que le agredió con su cabeza protegida con un casco. Después le golpearon en el pecho con las culatas de las armas», expuso Abu Rameh.
Este defensor de los derechos humanos explicó que se decidió llevar a cabo esta acción, por primera vez en Turmosaia, debido a las denuncias que habían recibido por parte de los habitantes de la zona, frustrados por los numerosos ataques que los colonos de los asentamientos próximos ejecutan contra sus tierras, propiedades y personas.
«Se mueven sobre nuestras tierras, cortan los árboles y entran por la noche en los pueblos de la zona, aunque en ocasiones también a la luz del día. Hace poco, quemaron una mezquita y ayer mismo asaltaron unos terrenos de un pueblo próximo. Los colonos no responden a ningún Gobierno, nadie les puede parar», se lamentó Ahmad.
Se trata de un «asalto brutal», que «no tiene ninguna justificación», sentenció el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, quien prometió adoptar las medidas necesarias tras conocer las circunstancias de la muerte y reunirse con los integrantes de la dirección palestina esta noche en Ramala.
Por su parte, el dirigente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, tachó lo sucedido de «asesinato» y condenó que se trata sólo de «otro ejemplo de las acciones viciosas y arrogantes de Israel contra los palestinos».
Su colega en la organización, Hanan Ashrawi, denunció el suceso como una «ejecución extrajudicial» y recordó que «el uso excesivo e indiscriminado de la violencia por Israel supone un crimen de guerra según el derecho internacional».
El Ejecutivo israelí, mientras tanto, guardó silencio sobre la muerte del ministro.
El único comunicado emitido durante la jornada fue del Ejército israelí, que informó de que «el coordinador de las Actividades del Gobierno en los Territorios, el general Poli Mordejai, y su contraparte palestina, Hussein A-Sheij, han acordado que un patólogo israelí se sume a una delegación de patólogos de Jordania para un análisis conjunto sobre las circunstancias de la muerte de Abu Ein».