El líder de Boko Haram, Abubakr Shekau, anunció la adhesión formal del grupo islamista nigeriano al Estado Islámico (EI) y juró lealtad a su califa, Abu Bakr Al Bagdadi, en un vídeo difundido en las redes sociales y que ha sido autentificado por numerosos expertos.
«Juramos lealtad al califa de los musulmanes, Abu Bakr Al Bagdadi, y lo vamos a escuchar y a obedecer tanto en tiempos de prosperidad como en tiempos de dificultad», dice Shekau en el mensaje subido a una popular web de almacenamiento y distribución de vídeos.
Abubakr Shekau hizo el anuncio en un mensaje de audio en árabe con subtítulos en inglés y en algunas partes en francés.
A pesar de que no es un vídeo tan elaborado como los últimos que ha publicado, el mensaje de Shekau tiene una clara influencia del equipo de propaganda del propio Estado Islámico, sobre todo en la postproducción.
«Llamamos a los musulmanes de todo el mundo a demostrar también su lealtad al califa porque es la única cura para las diferencias que dividen a la umma (que significa 'comunidad' o 'nación' en árabe)», añadió el líder de Boko Haram.
La difusión del vídeo se produjo horas después de que Boko Haram matara a 58 personas en tres atentados cometidos contra dos mercados y una estación de autobuses en la ciudad de Maiduguri, capital del estado de Borno y una de las más afectadas por la violencia del grupo islamista.
Por ahora no ha habido una respuesta formal del Estado Islámico y es una incógnita saber cómo reaccionará Al Bagdadi, que hasta ahora no ha mostrado excesivo interés en la lucha de Boko Haram para crear un califato islámico en el noreste de Nigeria.
Sin embargo, hay serias dudas de los efectos prácticos que esta «alianza» podría tener para ambos grupos, ya que Boko Haram es un movimiento de base centrado en una zona geográfica muy concreta y el Estado Islámico no tiene medios para controlar a un grupo muy fragmentado y que está a miles de kilómetros de distancia.
El anuncio se produce en medio de una campaña militar, liderada por Chad y la propia Nigeria, cuyo principal objetivo es reconquistar las ciudades que están bajo control del grupo islamista y así garantizar la seguridad para las elecciones presidenciales del próximo 28 de marzo.
El Ejército nigeriano ha asegurado que en las últimas semanas decenas de pueblos y ciudades bajo dominio de Boko Haram han sido liberados y que han matado a cientos de milicianos, aunque las informaciones procedentes de esa zona son imposibles de contrastar de forma independiente.
Por otra parte, esta misma semana el Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana autorizó el incremento de la fuerza multinacional de 7.500 a 10.000 efectivos, aunque los países involucrados -Nigeria, Chad, Níger, Camerún y Benín- todavía tienen que discutir muchos detalles de la operación.
El punto de discusión más importante es la delimitación de la zona de combate de la fuerza multinacional y quién tomará el mando, ya que hasta ahora Nigeria se ha mostrado muy reticente a ceder el control de las operaciones que se realicen dentro de su territorio.
El éxito de las operaciones conjuntas ha disparado el optimismo entre la clase política nigeriana, en especial en el seno del gobernante Partido Popular Democrático (PDP), que por primera vez ha reconocido que «subestimaron la capacidad de Boko Haram».
El presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan, confía en que la campaña militar contra el grupo extremista consiga lavar la mala imagen que en los últimos meses han dado tanto el Gobierno como el Ejército, incapaces de frenar el avance de los islamistas, que llegaron a controlar un territorio del tamaño de Bélgica.