El líder cubano Fidel Castro rompió este lunes su silencio sobre la visita a la isla del presidente de EEUU, Barack Obama, con un artículo en el que afirma que Cuba no necesita regalos del «imperio», y critica olvidos históricos en el discurso que aquel ofreció al pueblo cubano sobre los vínculos entre los dos países.
«No necesitamos que el imperio nos regale nada. Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos», precisó Castro en un artículo titulado «El hermano Obama» que publican hoy los medios oficiales de la isla.
Este artículo de Castro, uno de los conocidos en la isla como «Reflexiones de Fidel», es su primera reacción al viaje del primer presidente de EEUU que visita la Cuba revolucionaria y en él analiza los mensajes y los olvidos de Obama en el discurso al pueblo cubano que pronunció el pasado martes en el Gran Teatro de La Habana, retransmitido en vivo por la radio y televisión estatales.
«Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura», advierte Castro en el artículo, firmado a las 10.27 de la noche del 27 de marzo.
En su alocución al pueblo cubano, Obama hizo un alegato a favor de los valores de la democracia y el pluralismo político; defendió la reconciliación entre cubanos y estadounidenses, con numerosas menciones al exilio, y recordó los lazos culturales e históricos que comparten los dos países, a pesar de una enemistad de medio siglo.
Fidel Castro, quien gobernó Cuba durante casi toda esa etapa de hostilidad, décadas en las arremetió en innumerables ocasiones contra el «imperialismo yanqui» del enemigo, admitió hoy que el discurso de Obama provocó en la isla «un diluvio de conceptos enteramente novedosos» e incluso habla de «riesgo de infarto».
Obama apostó por «olvidar el pasado y mirar el futuro» y se refirió a cubanos y estadounidenses como «amigos, familia y vecinos"; palabras un tanto «almibaradas» a juicio de Fidel Castro, que en agosto cumplirá 90 años y que en 2006 delegó el poder en su hermano Raúl, artífice de ese giro diplomático histórico al restablecer relaciones con el otrora enemigo.
«Tras un bloqueo despiadado que dura ya casi 60 años, ¿y los que han muerto en los ataques mercenarios a barcos y puertos cubanos, un avión de línea repleto de pasajeros hecho estallar en pleno vuelo, invasiones mercenarias, múltiples actos de violencia y de fuerza?», aclara Fidel sobre los olvidos históricos del discurso de Obama.
Castro le recuerda la Invasión de la Bahía de Cochinos, cuando en 1961 «una fuerza mercenaria con cañones e infantería blindada, equipada con aviones, fue entrenada y acompañada por buques de guerra y portaaviones de Estados Unidos, atacando por sorpresa a nuestro país».
«Nada podrá justificar aquel alevoso ataque que costó a nuestro país cientos de bajas entre muertos y heridos. De la brigada de asalto proyanki, en ninguna parte consta que se hubiese podido evacuar un solo mercenario», rememora Fidel Castro, sobre aquel acontecimiento, que provocó una fractura enorme en la difícil relación que se fraguó entre EEUU y Cuba desde el triunfo de la Revolución en 1959.
Fidel Castro también critica que en las declaraciones de Obama sobre el origen mestizo tanto de Cuba como de EEUU no mencionara que «la discriminación racial fue barrida por la Revolución», que aprobó «el retiro y el salario de todos los cubanos» antes de que el actual presidente estadounidense «cumpliera diez años».
«La odiosa costumbre burguesa y racista de contratar esbirros para que los ciudadanos negros fuesen expulsados de centros de recreación fue barrida por la Revolución Cubana», afirma Castro, quien recuerda que la solidaridad cubana también libró esa lucha contra el racismo en Angola y otros países de África.
Desde que se anunciara la visita de Obama, el primer presidente de EEUU que pisa la isla en 88 años y que lo hace en la Cuba revolucionaria, ésta es la primera declaración pública al respecto de Fidel Castro, que cada vez publica sus reflexiones con menos asiduidad.
En esa ocasión ha reaccionado una semana después de la histórica visita de Obama a Cuba, que tuvo lugar entre los días 20 y 22 de marzo, ya que cuando el pasado 17 de diciembre de 2014 los dos países anunciaron su intención de restablecer relaciones, Fidel tardó en pronunciarse al respecto más de un mes, con un mensaje a los universitarios cubanos en el que afirmaba que no confiaba en la política de EEUU.
El día antes de la llegada de Obama, Fidel Castro recibió en La Habana a Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, el principal socio político y comercial de Cuba en el siglo XXI.